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CHICAGO WHITE SOX

Los Chicago White Sox crecen a la sombra de los favoritos

Mientras todos los focos de la MLB alumbran a los Cubs, la otra franquicia de Chicago gana partidos sin la presión de ser favoritos en su división.

Todd Frazier ha conseguido estabilizar la esquina caliente para los Chicago White Sox.
TANNEN MAURYEFE

Dicen que si Nueva York es la capital del mundo, Chicago lo es de Estados Unidos. El tercer mercado de Estados Unidos es una de las pocas ciudades de la Unión que puede disfrutar de al menos una franquicia en las cuatro grandes ligas, y dos en el caso del béisbol.

Este año los Cubs llevan el estandarte de favoritos para vencer en el clásico de otoño y parece que se sienten cómodos con él, llevan un record formidable y ya han dejado imágenes para la historia como el no-hitter del barbudo Jake Arrieta.

Pero en el sur de la ciudad del viento soplan aires de bienaventuranza. Los White Sox, en el momento de escribir estas líneas, no es que soporten el ritmo de victorias de los Royals, es que les han superado y lideran la División Central de la Liga Americana.

Es posible que ni el Oráculo de Delfos hubiese vaticinado tan estupendo inicio de temporada y menos con los antecedentes primaverales. Los White Sox fueron noticia en el Spring Training por la retirada de su primera base de 36 años, Adam LaRoche, porque los dirigentes de la franquicia plantearon sus dudas sobre el tiempo que pasaba el hijo de LaRoche en el vestuario de los jugadores. De esta manera, los Medias Blancas se quedaban sin el ganador del guante de oro y bate de plata en 2012.

Ante este panorama todas las miradas se volvieron hacia el premiado en la Liga Americana como mejor novato del año, José Abreu y el reciente fichaje Todd Frazier. Frazier, no el boxeador, aunque el tercera base golpea la bola con la misma violencia que el púgil lanzaba ganchos, procede de Cincinnati donde era adorado como un ídolo y proporcionó con su victoria en el home-run derby la única alegría a la sufrida afición de los Reds. Llega para apuntalar el crecimiento de la franquicia de Illinois.

Otro jugador que está llamado a dar a buenas noticias en el sur de la ciudad es Tyler Saladino. El joven de San Diego llegó en julio a los White Sox ante la que era su primera oportunidad de estar en las grandes ligas. Llegó sin coche y como no tenía alquilado un apartamento, tuvo que contactar a través de Facebook con un antiguo compañero de secundaria, que le hospedó en una habitación libre que tenía. Saladino, conocido por usar la bicicleta para ir a entrenar y moverse por la ciudad, no se ha asentado como titular en el puesto de shortstop porque la llegada del veterano Jimmy Rollins en la agencia libre le ha desplazado al banco, pero ha anunciado que sigue con su rutina de trabajo para conseguir esa plaza.

Los White Sox suman a su buen momento otro motivo para la alegría. El 17 de abril celebraron el 60 aniversario del debut de Luis Aparicio con la casaca de los Medias Blancas. Aparicio, desde la posición de shortstop, llegó al Salón de la Fama en el que fue inmortalizado con la gorra de los de Chicago.

Esta temporada también el U.S. Cellular Field ha sido escenario de imágenes que pasarán a la historia de este deporte, como la triple eliminación que lograron los White Sox en su partido contra los Rangers de Texas, la primera 9-3-2-6-2-5 de la historia de la MLB.

La alegría va por barrios y ahora mismo ocupa la casa de todos los aficionados al béisbol de Chicago. Los aficionados de los White Sox sueñan con que, como en la fábula infantil, al llamar a la puerta del representante de la Liga Nacional en las World Series, éste diga que enseñen la patita por debajo de la puerta y esa patita vista una media blanca.