Emotivo estreno de la película del nadador Richard Oribe
Este domingo se estrenó 'Al otro lado de las medallas’, sobre la vida del laureado nadador. Tras seis Juegos, deja en el aire su participación en Río.
Superación. Ésta es la palabra que ha estado presente en la vida de Richard Oribe Lumbreras desde que nació, hace ya 42 años. El carismático nadador donostiarra vivió este domingo, feliz y emocionado, el estreno del documental 'Al otro lado de las medallas', dirigido por Iñigo Asensio, que narra la historia de su vida, una vida plagada de dificultades y retos, pero también de grandes momentos de mucha felicidad.
En la recta final de una brillante carrera deportiva, forjada en 25 años de intenso trabajo en la élite, en los que ha participado en seis Juegos Paralímpicos, desde Barcelona 1992 hasta Londres 2012, Richard recibió un merecido homenaje en su San Sebastián natal. ¿Los Juegos de Río? Richard explicó que siente que es el momento de la despedida. Estará a finales de este mes en el Europeo de Natación de Funchal, en Madeira (Portugal) y será el abanderado de España, pero su maltrecho hombro izquierdo y su cabeza empiezan decir 'basta'. Su madre Rosa coincide en que es el momento de emprender nuevos caminos ligados a la natación. "Aunque, sabiendo cómo es Richard, a lo mejor nos da una sorpresa...", bromeó Rosa.
Fue un estreno cargado de emoción. Richard estuvo arropado por los suyos en un teatro Victoria Eugenia abarrotado y en el marco del XIV Festival de Cine y Derechos Humanos, que este año cuenta con el aliciente añadido de celebrarse en el año en que San Sebastián es la Capital Europea de la Cultura. Su madre aprovechó el marco del estreno en el Festival de Cine y Derechos Humanos para reclamar más ayuda para las personas con dificultades como Richard. También para dar la razón a una espectadora que reivindicó para Richard el reconocimiento de la ciudad de San Sebastián, un clamor a gritos desde hace años.
Richard nació con parálisis cerebral, consecuencia de un parto complicado, tal y como explica Rosa en el documental: "El momento del parto se complicó mucho. Yo le notaba al niño que de vez en cuando se ponía moradito. Vino el pediatra, le miró y dijo que no, que estaba bien. Mi hijo nació a la una del mediodía y a las 12 de la noche convulsionó". Los médicos anunciaron una vida plagada de dificultades, que Richard ha ido superando poco a poco, al tiempo que cimentaba una carrera deportiva de leyenda.
En el estreno Richard estuvo arropado por unos orgullosos padres, Gonzalo y Rosa, su hermana Patricia, el resto de su familia, su entrenador, su inseparable Javier de Aymerich, sus amigos y una ciudad entera, que le quiere y le admira. "Me gusta mucho nadar, me gusta mucho ganar medallas y me gusta la gente", asegura Richard en el documental. Una frase que resume a la perfección cómo es Richard, el nadador con parálisis cerebral más laureado de todos los tiempos. Un total de 16 medallas en seis Juegos Paralímpicos (8 de oro, 6 de plata y 2 de bronce), 18 en Mundiales (10 de oro, 7 de plata y una de bronce) y 28 en Europeos (17 de oro, 10 de plata y una de bronce), así como numerosos récords batidos, así lo atestiguan. Pero, pero sobre todo, lo que más le ha gustado a Richard no es solo ganar medallas, sino "compartirlas" con la gente.
Mucho ha llovido desde sus primeros Juegos Paralímpicos, los de Barcelona 1992, pero Richard mantiene intacta la ilusión. A sus 42 años, ésta parece no tener límites. Tampoco la de su entrenador, Javier de Aymerich, que lleva junto a Richard desde la temporada 1997-98: "Me gustaría seguir con Richard en el siguiente proyecto, bien sea en el alto nivel o en la formación de otros nadadores. Lo hemos hablado muchas veces, en las horas de soledad, fuera de la piscina y del gimnasio". Javier es la persona que ayudó a Richard a convertirse en el campeón que es. Pero Richard afronta ahora, con ilusión y valentía, una nueva etapa: "Siempre no puedo ganar... Me gustaría ayudar a los niños, enseñándoles todo lo que yo sé de la natación... Para ayudar". Ayudar y compartir, dos verbos que Richard repite constantemente. Al otro lado de las medallas también hay vida y Richard ya está preparado para empezar esa nueva vida.