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COPA DEL REY

Una histórica gran final copera con 26.500 fieles del rugby

Dos vallisoletanos, El Salvador y VRAC, reivindican su deporte en Zorrilla. En Liga, el Salvador ganó el derbi en enero y va segundo, pero el VRAC es el líder.

Rugby con mayúsculas. Los jugadores del VRAC, en el escenario de la final de la Copa del Rey. Estará Felipe VI y 26.500 espectadores abarrotarán las gradas de Zorrilla.
VRAC

Un derbi en Valladolid convierte un domingo cualquiera en algo distinto. Desde primera hora de la mañana hasta mucho después de que el partido acabe, la ciudad se divide en dos grandes familias. Da igual si vas al campo, si entiendes o no; o eres quesero o eres chamizo, muy pocos se quedan entre medias de esas dos líneas. Así ha sido siempre, se trata de una historia larga que nace en dos colegios y se ha ido transmitiendo por los tejidos sociales y familiares a lo largo de los últimos 30 años.

La dimensión que ha tomado esta final supera incluso esa rivalidad, porque si algo se puede asegurar antes de que arranque el choque es que el primero que ha ganado ha sido el rugby. El 40% de las más de 26.500 entradas se han vendido lejos de Valladolid. Un deporte sano en la base, pero que no cuenta con un referente en su selección nacional, que rara vez está en las competiciones de relevancia, necesitaba una cita para reivindicarse y parece claro que la gente del rugby de todo el país ha decidido que este es el lugar y el día idóneo. Los dos equipos llegan a la cita en un gran momento. Tienen asegurada la primera y segunda posición en la Liga regular, lo que les da ventaja de campo en las semifinales. En la última cita liguera ganó El Salvador en enero.

Gran parte del éxito pasará por el rendimiento de dos excelentes directores de orquesta. Los dos medios de melé son vallisoletanos de pura cepa, los dos se iniciaron en el primer escalón de cantera de cada club y los dos se caracterizan por su creatividad y espontaneidad. El del VRAC, Pablo Gil (8-4-92), cuenta con mayor experiencia, es internacional absoluto y hace gala de una técnica individual, sobre todo en el pase, que agradece la vista de cualquiera. El del Chami, Juan Ramos (11-10-95), ha roto a patadas la puerta de la titularidad. Genera mucho ritmo y es imprevisible en el uno contra uno. El duelo va a ser espectacular. Los otros dos nombres de la final son los de dos británicos encargados de patear. Griffiths en el VRAC y Katz en El Salvador. Tienen un alto porcentaje de acierto desde cualquier posición lo que generará una tensión más, la de no conceder castigos en tu campo. La final está servida. ¿A quién entregará el Rey su Copa en el césped de Zorrilla?