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EL PREPARADOR DE MESA

Tyler White se encuentra a la sombra de Trevor Story

El jugador de los Rockies se ha convertido en uno de los grandes protagonistas, pero el primera base de los Astros también se merece nuestra atención.

Tyler White ha sido una de las noticias positivas de los Houston Astros en estos primeros compases de la temporada.
AL BELLOAFP

No se habla de otra cosa en el mundo de las Grandes Ligas, la historia de Story. Su impacto inicial en la temporada es histórico. Ya es difícil hacer algo que no tenga un precedente en el béisbol, pero los siete jonrones del shortstop de los Colorado Rockies Trevor Story en sus primeros seis partidos no tienen registro alguno.

Sin embargo, el mundo de los novatos no vive solo de Trevor Story. A la sombra del mayor hype en estos momentos en USA, vive alguien que siempre estuvo en la sombra. Pero que desde su hueco casi anónimo, logra convencer a los que siempre tuvo en contra. Rompiendo pronósticos. Hablamos de Tyler White, el primera base de los Houston Astros. Un autentico desconocido que está asomando la cabeza en el negocio.

White siempre vivió sin foco mediático, nadie le solía hacer mucho caso. Hasta ahora. Tyler White recibió muy pocas ofertas para jugar en la División I del nivel universitario. Y su proyección en el draft no era demasiado alta. Sólo dos organizaciones le pidieron su reporte médico antes del draft. Se cuenta que los scout tenían miedo de su cuerpo, una figura no muy atlética y con un sobrepeso más que notable. Los informes decían que no tenía velocidad y que su guante en 3B (su posición original), era bastante deficiente. En el mejor de los casos, le espera una buena carrera en ligas menores. Sin embargo y pese a que muchos informes estaban en su contra, siempre hubo algo que le mantuvo en el radar: bateaba. El béisbol es el más democrático de los deportes. Puedes tener un físico limitado, excesivamente pronunciado o completamente enclenque. Pero si logras batear, tendrás una oportunidad.

El día del draft amateur 2013 ni siquiera estuvo pendiente de los resultados. Ese día se desplazó para apoyar a su padre en su pasión: dirigir un pequeño equipo de béisbol infantil. Sin embargo, en un momento determinado, se enteró por un mensaje en el móvil enviado por su novia que había sido seleccionado por los Houston Astros en la 33ª ronda del draft, pick 977.

Tim Bittner fue el scout de los Astros que le descubrió y le firmó. En sus informes más favorables, también le pronosticaba una buena carrera en ligas menores, nada más. Al ser un pick tan bajo, el bonus que los Astros le dieron a Tyler White por su firma fue de apenas 1.000 dólares. Una cifra llamativa en un mundo donde el dinero cae del diamante.

En tres años White jugó en los siete niveles de novatos de los Astros y en ligas invernales de Panamá y República Dominicana, donde fue MVP. Y en todos los niveles White rompía la bola. En tres años en ligas menores batea .311 con 35 jonrones y 215 carreras impulsadas. Su slugging de por vida en ligas menores es de .489, apoteósico. A los Astros le llamaba la atención su calidad en los turnos al bate. Una sutil disciplina y una selección del pitcheo poco habitual para un jugador elegido tan abajo en el draft. De hecho, en ligas menores vio más BB que veces fue ponchado. Tomó 174 bases por bolas, mientras que fue eliminado vía strike out en solo 164.

En la pasada offseason, los Astros deciden dejar en libertad a Chris Carter, que siempre fue un bate con poder, pero que su defensa lastraba al equipo, los Astros pensaron en dos de sus mejores prospect para cubrir ese hueco en la alineación. AJ Reed y Jon Singleton eran las opciones que valoraba la organización de los astronautas para cumplir con esa función. Sin embargo, ninguno convenció en los campamentos primaverales. Unos campamentos donde Tyler White hizo lo que siempre se le dio bien, batear. Y tras una invitación con el simple motivo de ser alternativa, le ganó el puesto a las dos grandes promesas de los Astros en esa posición. La fase de transformación de White estaba en su punto más alto.

Y hablamos de transformación porque cuando los Astros le firmaron, le obligaron a mejorar su físico. Algo que White lleva trabajando tres años. Y acabó dando sus frutos. Su debut fue nada más y nada menos que en el Yankee Stadium. El primera base de los Astros de Houston es aquel chico que seleccionaron en la 33ª ronda del draft 2013. Aquel chico de Carolina del Norte que firmó por 1.000 dólares y que está bateando tras la primera semana de competición por encima de .500 con 3 jonrones y 9 carreras impulsadas. Aquel chico que consiguió más hits en los primeros seis partidos de temporada que ningún novato en la historia de la franquicia. Aquel chico que solo hace lo único que sabe: batear.