Chicago White Sox: Un último intento antes de reconstruir

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Cuando un equipo de béisbol se pasa muchos años sin entrar en los playoffs puede que esté en algún lado de la siguiente curva: o ha pasado una buena época y, en pleno declive, no está sabiendo reconstruir, o es que ya está en plena reconstrucción. Lo difícil es ver una mezcla de ambos, como parece suceder en los White Sox.

Son siete años ya sin meterse en postemporada para los chicos del Sur de Chicago. Eso les llevó, el pasado año, a ser uno de esos equipos gastadores en la agencia libre que, por la vía del músculo financiero, quería revertir la situación sin asumir los dolores de una reconstrucción profunda.

No funcionó y el 2015 fue muy deccepcionante, quedando cuartos en la AL Central y no viendo, ni de lejos, las ochenta victorias, ya no digamos la opción de pelear por el título cuando el calendario marca octubre.

Con ese pasado lo normal es limpiar la casa. Dado que ni siquiera gastando dinero, y gastando recursos del sistema de promesas, del talento del granero, se ha conseguido hacer un equipo potente lo usual es que los propietarios tomen cartas en el asunto y le digan a los técnicos y a los directivos que adiós, muy buenas, que es hora de encargar el renacimiento a alguien diferente.

Pero no. Los White Sox han decidido no seguir el camino ortodoxo y han apostado a doble o nada esta temporada. Con el retorno del manager general, Rick Hahn, y el entrenador principal, Robin Ventura, lo que se asegura es la continuidad de la filosofía. En modo alguno estos hombres, que saben que se acaba el tiempo, van a apostar por algo que no sea el presente, el ya, el ganar a cualquier precio ahora mismo.

Por eso se han dedicado, en la franquicia, a seguir fichando, en este caso a piezas tan impresionantes como, por ejemplo, Todd Frazier, aunque sea a cambio de entregar a un buen puñado de muchachos que podría ayudar el día de mañana.

Y es que en los White Sox se han dado una última oportunidad antes de tener que afrontar una verdadera reconstrucción. No es lo habitual, y tampoco parece que sea lo más sensato, pero lo que sí han conseguido es ilusionar a la parroquia porque a un armazón que, en principio, tiene que ir hacia arriba, tanto por talento como por edad, han sumado veteranos que le dan un empaque notable a todo el conjunto. Está por ver si ese empaque es suficiente para salvar el proyecto y a todos sus protagonistas, pero este último intento bien vale la pena seguirlo.

El detalle histórico

Los White Sox siempre han sido considerados los hermanos pequeños de los Cubs, como un equipo de menos pedigrí y abolengo dentro de la ciudad de Chicago. Sin embargo dieron un mazazo, inesperado, a sus vecinos, y a toda la MLB, cuando ganaron las World Series en el año 2005. Hacía más de ochenta años que la ciudad del viento no podía presumir de conquistar un anillo de béisbol y, para disgusto de la gente del Norte de la gran urbe, fueron los White Sox quienes lo consiguieron.

Las tres claves del equipo

1. El fichaje de Todd Frazier tiene que dar resultados inmediatos en la faceta ofensiva. Su capacidad para conectar grandes hits está fuera de toda duda y el equipo lo necesitaba como el comer. Metido en medio de la parte alta de bateo ha de infundir miedo en los rivales.

2. Chris Sale es una megaestrella, pero José Quintana y Carlos Rodon se han llevado menos atención de la que merecen. El ataque no les ayudó la pasada campaña, por lo que sus números no lucen, pero son dos pitchers como para completar una señora rotación.

3. Brett Lawrie y Alex Avila son dos muy buenos refuerzos que suponen una mejora instantánea en segunda base y en el puesto de catcher, respectivamente, en relación a la pasada campaña. No es poca cosa en un equipo que lleva una clara tendencia ascendente.

Lo mejor

1. La conjunción de José Abreu y Todd Frazier es espectáculo puro.

2. Chris Sale tiene el talento para ser uno de los candidatos a pitcher del año.

3. El grupo va claramente al alza y se han hecho fichajes en todas las zonas sensibles.

Lo peor

1. El equipo ha perdido no pocas piezas de futuro en los fichajes de este año.

2. El contrato de 16 millones de dólares de John Danks lastra el grupo de pitchers.

3. Robin Ventura entrenará con la espada de Damocles sobre su cabeza todo el año.

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