España pierde en Eslovenia: el Mundial pasa por la remontada
La Selección, que no perdía desde el Europeo 2014, fue sorprendida por los eslovenos (1-0), donde su portero Puskar fue el héroe. La vuelta, el 12 de abril en Melilla.
El regreso de la Selección tras la brillante conquista de la Eurocopa se convirtió en un trago muy amargo. En la ida de las eliminatorias de clasificación para el Mundial de septiembre en Colombia, Eslovenia venció a España (1-0) en Maribor en un encuentro brusco, duro... en el que el plan esloveno salió a la perfección gracias a que su portero Puskar completó una actuación impresionante. De hecho, consiguió, por cuarta vez en la historia, dejar a cero a La Roja, que se verá obligada a remontar en el partido de vuelta, el 12 de abril en Melilla, para salvar lo que sería un auténtico desastre para este deporte en España: no estar en el Campeonato del Mundo.
Para evitar el naufragio, la Selección de José Venancio López deberá remontar este 1-0 que, dicho sea de paso, se fraguó gracias a que a Eslovenia le salió todo. Primero fue capaz de trabar el partido a base de intensidad defensiva y más faltas de las que se pitaron. El problema es que España cayó en esa tensión que no le favorecía en absoluto. Y así llegó el gol esloveno, al borde del descanso. Tras un tangana, Eslovenia tenía a favor una falta lejana que Fetic, con un disparo fortísimo, sorprendió a un Paco Sedano que estaba tapado y sólo vio el balón cuando ya se colaba por la escuadra.
Quedaban los segundos 20 minutos y España se volcó en intentar lograr el empate. Y tuvo tantas ocasiones que nadie hubiese apostado por la opción de que el marcador ya no se movería... Sólo Damir Puskar, el meta esloveno, verdadero héroe de la selección local. Porque se encargó de desbaratar los ataques de todas las estrellas españolas. Fernandao, Miguelín (que intentó incontables disparos y falló una muy clara en el segundo palo), una doble ocasión de Aicardo y Álex (otro que tuvo varias), Sergio Lozano... Pero nada, fue imposible. La bocina final inició la fiesta eslovena, con todos los jugadores lanzándose encima del meta. No era para menos, había conseguido dejar en blanco a la campeona de Europa.
Una pesadilla para España que debe servir de aviso de cara a la vuelta, ese 12 de abril en Melilla donde España se jugará mucho: una plaza en el Mundial... y salvar el desastre.