ATLETISMO | MUNDIALES DE PORTLAND
Ureña, heredero de Peñalver, frente a Eaton en heptatlón
El de Onil, que ha batido el récord de España este año, tiene la mejor marca de los inscritos, aunque Eaton no ha competido.
Entre los inscritos del heptatlón de los Mundiales indoor de Portland, la mejor marca de 2016 no es de Ashton Eaton, plusmarquista universal, nacido en esta ciudad de Oregón, que no ha competido aún. El honor pertenece a Jorge Ureña, un chaval de 22 años de Onil, de 1,78 de altura y que esta temporada hizo 6.076, batiendo el tope de Peñalver, de 1992, fecha de su plata olímpica. "Fue una marca que no esperaba. Porque tuve una actuación discreta en la primera jornada, pero en la segunda estuve espectacular", dice.
“Será difícil repetir una actuación así”, continúa Ureña, que siguió los pasos de su padre, José Antonio, ahora su entrenador junto a Jesús Gil, en el milagroso grupo de Onil, un pueblo de 7.000 habitantes, del que salió Eusebio Cáceres, que también comenzó en combinadas. Ureña no se decantó por una prueba y se quedó en ellas. "Lo mamé desde pequeño. Iba a ver a mi padre a entrenar y aquí todo el mundo empieza haciendo de todo. Mi nivel global era mucho mejor que el que podía tener en una prueba concreta, no es como el caso de Eusebio que destacaba mucho en longitud", relata Ureña, que pulió mucho el estilo "obligado": "Tardé en crecer y tuve que trabajar mucho la técnica. Cuando di el estirón ya tuve más fuerza, eché más cuerpo...". Aunque no llegó tan alto como algunos de sus rivales, que miden 2,00 metros: "Los otros combineros me hacen algún comentario de broma, pero no me importa (se ríe)".
Si hubiera que decantarse por una disciplina, Jorge sería especialista en vallas (7.81) y saltos (7.58 en longitud) y respeta mucho a Eaton, con 6.645 de récord y capaz de saltar 8,23 en longitud: “Mi ídolo era Bryan Clay, aquel americano que era bajito como yo. Pero Ashton lo supera, la verdad”. En los pasados Mundiales, en Sopot, el bronce se quedó en 6.259, marca lejana para Ureña. Pero promete mucha guerra. “Soy bastante cabezón. Me pico conmigo mismo, cuando no me sale algo y me pongo videos para mejorar", asevera Jorge, al que le encanta "el buen rollo" que hay en las combinadas: "Somos una familia". Aunque el fin de fiesta de Ureña está en Onil, donde forma parte de la charanga, en la que toca la percusión: "Es que allí se vive muy bien, estamos con la familia, con los amigos y... además sacamos resultados".