Lo que están haciéndole a Ryan Fitzpatrick es una indecencia
Que los Jets solo le hayan ofrecido siete millones por temporada es incomprensible viendo los contratos que están recibiendo quarterbacks peores o sin trayectoria.
Los New York Jets le ofrecieron a Ryan Fizpatrick un contrato de siete millones por temporada. Siete. Cifras de quarterback suplente para un tipo que el año pasado superó las 3.900 yardas de pase, 270 de carrera, 33 touchdowns totales, dos intercepciones, el ligamento del pulgar de la mano de lanzar roto media temporada, una conmoción sobrecogedora mientras conseguía una anotación terrestre, todo el corazón del mundo, piña en el vestuario, compromiso absoluto, entrega sin condiciones, nobleza…
Fitzpatrick se dio por entero a los Jets, sin esconder sus defectos, sin trampa ni cartón, a pecho descubierto, y recibió de vuelta un insulto en forma de siete millones de dólares. Podemos discutir horas y horas sobre el auténtico valor de un jugador que el año pasado se vio beneficiado por dos receptores magníficos, como son Marshall y Decker, pero que recibió muy poca ayuda de un backfield que casi nunca estuvo a la altura. Tampoco tuvo a su lado al siempre lesionado Jace Amaro, un tight end que le habría venido como anillo al dedo. Y todo se explica aún menos cuando vemos los contratos que se están firmando para esa posición a tipos por descubrir o manifiestamente peores que él.
Para unos es Fitzpaquete y para otros Fitzmagic. Los que le han sufrido en su equipo no lo quieren de vuelta ni en sueños, pero en los Jets ha dejado una huella de compromiso y honradez, y esos son valores difíciles de encontrar en la actual NFL. El Fitzpatrick de 2015 ha sido mucho mejor que el del pasado. Por madurez o lo que sea, pero lo ha sido, y no parece un accidente.
Ahora ha trascendido que son los Broncos los que están dispuestos a ofrecerle doce millones por temporada para complicar aún más las negociaciones entre el quarterback y los Jets, que han pasado de un tira y afloja con Geno Smith siempre sobre la mesa, a una situación de enfrentamiento personal que puede haber zanjado cualquier capacidad de acuerdo salvo que una de las dos partes esté desesperada. El jugador ya nota la presión en el cogote. Cada día que pasa se le van cerrando posibles destinos, pero el comodín de Geno Smith que están esgrimiendo los Jets tampoco suena convincente.
Fitpatrick, que mediada la temporada pasada llegó a estar en las quinielas como aspirante al MVP, no es un jugador que marque diferencias, en realidad solo se le pide que cumpla y que no se equivoque, pero visto el panorama, y el abanico de posibilidades, está varios escalones por encima de cualquier otro nombre del mercado.
Y por si había alguna duda, Brandon Marshall está haciendo campaña por él con un argumento lapidario: “Normalmente lleva un par de años lograr la compenetración que hemos conseguido Ryan Fitzpatrick y yo en seis meses”. “Me cuesta imaginar que pueda vestirse otros colores”. Incluso Matt Forte, recién fichado, ha mostrado su decepción: "espero y deseo jugar con él el año que viene".
Es posible que Fitzpatrick no sea una gran estrella, pero este año ha demostrado que, con todas sus limitaciones físicas y técnicas, sí puede ser un quarterback titular en la NFL. Ofrecerle siete millones por temporada es un insulto, una indecencia. Que el año pasado solo cobrara 3.250.000 dólares no significa que sea idiota, aunque algunos parecen empeñados en tratarle como si lo fuera.