La agencia libre de los Giants es sobresaliente pero insuficiente
Ben McAdoo, nuevo entrenador principal del equipo de la Gran Manzana, ha apostado por reforzar a muerte su defensa pese a que es un gurú ofensivo.
Ben McAdoo tiene vértigo. O al menos eso parece. Pasar de coordinador ofensivo con galones a sustituto del abuelo Coughlin no es fácil, por mucho que John Mara haya rubricado tu ascenso con letras de sangre. Y tal vez también por eso, ha hecho algo bastante habitual a la vez que extraño: vender hasta el alma en la agencia libre para reforzar su defensa. Un gurú ofensivo pensando en las trincheras.
No se puede negar que cada uno de los movimientos ha sido excelente, aunque tampoco hay ninguna duda de que han usado la chequera como los nuevos ricos. 62,5 millones por 5 años a Jenkins, 85 millonazos por 5 años a Vernon, 46 kilos por cinco años a Harrison, 3 millones por 1 año a Robinson y 10,5 millones por un año por la renovación de Pierre Paul.
Sin embargo, y más allá del dinero, casi cada fichaje tiene un ‘pero’. Janoris Jenkins mejorará claramente la secundaria, que por otro lado quedará mermada con la marcha de Amukamara ¿El problema? Que en la agencia libre de 2014 se pagó demasiado por Rodgers Cromartie y despedirlo este año habría costado 6 millones. El movimiento ideal habría reunido a Jenkins y Amukamara, pero eso no era posible. Y sin olvidar que la posición de safety sigue como un solar con Dahl en la agencia libre y Collins sobreviviendo.
Olivier Vernon es en teoría un jugadorazo en la posición de defensive end, pero aún le queda mucho por demostrar, sin olvidar que es un tipo bastante ‘tronado’ e indomable en el vestuario, de la misma ‘cuadra’ que Suh. Para hacerle hueco, los Giants han tenido que prescindir de Ayers, que se ha marchado a Tampa por 21 millones en tres años. El recién llegado tiene 25 años y Ayers 31, por lo que es un movimiento lógico de futuro, pero pagando una barbaridad a un tipo que puede dar problemas con los bolsillos llenos. La renovación por un año a Pierre Paul sí que parece un movimiento más sensato. Es tiempo suficiente para saber si el defensive end puede rendir al ciento por ciento pese a las amputaciones de su mano derecha.
El fichaje de Damon Harrison suena perfecto, y más pensando en la pareja que formará con Johnathan Hankins. Parece que será imposible correr por dentro contra los Giants en 2016, sin embargo ambos jugadores tienen un perfil muy similar, y ninguno de los dos tiene demasiado pass rush. Los equipos suelen intentar reunir jugadores cuyas características se complementen, y no tanto que parezcan gemelos.
Sobre Keenan Robinson ha poco que decir. Su impacto debería estar más en la profundidad de banquillo que en el emparrillado.
Mientras tanto, la línea ofensiva, el backfield y la profundidad en el grupo de receptores sigue siendo una incógnita. Los Giants siguen en la pelea por hacerse con Russell Okung, por el que también están pujando Pittsburgh y Detroit. Si no consiguen ficharlo, elegirán un tackle ofensivo en primera ronda. En caso contrario, se abre mucho el abanico de posibilidades: ¿Un safety? ¿Un linebacker? ¿Un running back o un guard si cae un chollo? No hay duda de que los Giants se han movido con valentía y aparente acierto en la agencia libre, pero aún no han conseguido cerrar prácticamente ninguno de los problemas que venían arrastrando. Ben McAdoo quizá haya sufrido un ataque de vértigo defensivo, pero su trabajo solo acaba de comenzar y promete ser duro.