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Pittsburgh Steelers

Ladarius Green llega a los Steelers como caído del cielo

Los San Diego Chargers han preferido apostar por Antonio Gates, un mito de la franquicia con 36 años, que por su heredero natural en el puesto de tight end.

Ladarius Green nunca ha sido capaz de desbancar a Antonio Gates como tight end titular de los Chargers.
DONALD MIRALLEAFP

Los Chargers están siendo uno de los equipos más activos en esta agencia libre mientras los Steelers, como casi siempre, transitan por aguas tranquilas como simples espectadores al acecho de un chollo inesperado.

Por eso resulta tan curioso que los Chargers hayan decidido apostar por Antonio Gates, incombustible a sus 36 años, con una colección interminable de lesiones que le impiden entrenar desde hace años, pero con un rendimiento aún sorprendente, y dejado escapar a Ladarius Green, su heredero natural.

Creo que los Steelers seguían estupefactos cuando comunicaron la feliz noticia a sus seguidores. Parecía imposible que les hubiera podido caer del cielo un jugador así, con 25 años y un talento descomunal, que ha sido infrautilizado por los Chargers, pero que cuando ha salido al campo ha demostrado que puede ser uno de esos tight ends receptores que marcan diferencias en la NFL moderna.

Parecía difícil que los Steelers pudieran encontrar un sustituto a la altura de Heath Miller, un mito recién retirado después de miles de batallas con los Señores del Acero, pero puede haber aparecido a las primeras de cambio si Ladarius Green termina explotando como muchos analistas llevan vaticinando desde su llegada a la NFL.

Quizá la historia entre San Diego y Antonio Gates sea mucho más bonita, con dos años más de contrato que aseguran que uno de los grandes mitos de la franquicia se retirará vistiendo los colores que ha estas alturas ya ha lucido durante 13 años increíbles. Un matrimonio equipo-jugador que era habitual en el pasado pero que hoy en día se convierte en noticia. Sin embargo, no es un movimiento muy justificable en clave deportiva, salvo que hayan puesto tanta fe en Travis Benjamin, con razón, que piensen que por fin van a tener un grupo de receptores capaz de volver locas a las secundarias, y en el que el papel del tight end no necesite tanto protagonismo.

Los Chargers quizá hayan ganado una batalla romántica, pero los Steelers siguen sumando músculo a un ataque que un año más promete ser atómico.