A Isinbayeva le crecen las rivales mientras está excluida

La coronel del Ejército Ruso Yelena Isinbayeva sigue hibernada en su Volgogrado natal, entrenándose con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Río, en los que, a día de hoy no puede participar por la suspensión de la federación de su país por dopaje de Estado. A ella el dopaje no le afecta, pero sí la suspensión, que rige para todos los atletas de una de las máximas potencias mundiales en el atletismo. Se recupera de su maternidad y, mientras tanto, sus rivales crecen y crecen.

La estadounidense Jennifer Suhr ha batido su propio récord mundial bajo techo, con 5,03 metros, y su compatriota Demi Payne y la griega Ekaterine Stefanidi se han elevado hasta 4,90 metros. Alturas en las que se juegan los títulos en la altísima competición.

Es la primera vez en la historia que tres atletas superan en la misma temporada la barrera de esos 4,90 metros que la propia Isinbayeva únicamente ha saltado siete veces a lo largo de su vida. Hasta ahora sólo una pertiguista había superado esa medida en una misma temporada y ninguna en 2015 y 2014, por ejemplo. Ahora son tres. Y todavía no han rendido al máximo nivel ni la brasileña Fabiana Murer (4,71) ni la cubana Yarisley Silva, que no ha competido todavía y qu quizá mo lo haga, volcada en los cuidados a su novio, un saltador de altura que se fracturó la vértebra número 12 durante un entrenamiento con 190 kilos de pesas..

Isinbayeva no ha saltado aún este año en pista cubierta, porque, además, ha sufrido una lesión que en principio parece leve. No podrá estar en los Mundiales indoor de Portland, por esa sanción a su federación.

Cuando regrese a las pistas, si es que puede hacerlo internacionalmente, se encontrará con una poderosa oposición.