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RUMBO A LOS CAMPAMENTOS DE PRIMAVERA

La ley Don Mattingly en Miami: ni bigote ni barba

El nuevo mánager de los Marlines, quien sufrió un episodio similar en 1991 con los Yankees, reactivó una regla que no se seguía en Miami desde 2011.

El propietario de los Yankees, George Steinbrenner (izquierda) y Don Mattingly, entonces primera base del club, tuvieron sus más y sus menos en 1991.
Getty Images

Dicen que cuando uno tiene hijos, se comienza a comprender a los padres. En un aspecto deportivo, quizá eso sea lo que suceda con Don Mattingly.

El nuevo manager de los Marlines de Miami reactivó una regla del equipo que no se usaba desde 2011: no se permite pelo facial y la medida entra en vigor de inmediato.

La primera impresión al conocer esta medida, se trate de los Marlines y Mattingly o de cualquier otro club de Grandes Ligas o de cualquier deporte, es cuestionar el impacto que tiene en el desempeño de un deportista tener bigote o barba o ambas.

La realidad es que ninguna y ejemplos de peloteros y/o deportistas exitosos con bigote y/o barba sobran.

He aquí algunos: Reggie Jackson, con los Yankees; Dennis Eckersley, con los Atléticos de Oakland, Kevin Youkilis, de Boston, el pitcher Randy Johnson (Arizona, Seattle y Yankees) o recientemente Sergio Romo, de Gigantes de San Francisco o Dallas Keuchel, de Houston, por mencionar a algunos beisbolistas. En la NFL, Jack Lambert, linebacker de Pittsburgh en los años 70; en la NBA, Patrick Ewing y Larry Bird, de los Knicks y Celtics, respectivamente, o el nadador y multimedallista olímpico estadounidense, Mark Spitz.

Lo que es hasta cierto punto desconcertante es que Mattingly aplique la medida luego de no hacerlo en su estancia como manager de los Dodgers de Los Ángeles y, sobre todo, luego de que él pasó por un episodio estresante por una situación similar.

Durante la mayor parte de su carrera, Mattingly usó bigote, pero en 1991, su primer año con los Yankees, el entonces primera base tenía el pelo largo, prácticamente le cubría el cuello.

La gerencia de los Mulos le pidió cortarse el pelo y lo suspendió un juego por negarse hacerlo. Días más tarde, Mattingly indicó que la orden haya sido una reacción a su solicitud de ser cambiado a otro equipo poco después de iniciada la temporada regular.

A 24 años y medio de distancia, la opinión sobre el tema parece haber cambiado para Mattingly.

“Los chicos se quejarán. A algunos les gustará (la regla) y a otros no. (Pero) mientras seamos consistentes, no creo que sea problema”, dijo Mattingly tras ser cuestionado sobre la medida.

La decisión de Mattingly puede hacerlo lucir como un manager intransigente o dictador y si las cosas en Miami salen conforme lo planeado, la idea de rasurarse a diario por el resto de sus días no sería tan descabellado para los peloteros de los Marlines.