Antonio de la Rosa hará la ruta Iditarod de Alaska en 'fat-bike'

Antonio de la Rosa, conocido como El Cali, es un aventurero nato a sus 46 años. Este embajador de Madrid Turismo cruzó el Atlántico a remo, surcó el Tajo en paddle surf y ahora atravesará Alaska en una fat-bike, una bicicleta de ruedas extragrandes (4,8 centímetros de grosor) “con clavos para que agarren en el hielo”. Desde el 28 de febrero, el madrileño hará la ruta Iditarod, con salida en Willow y llegada en Nome, ya muy cerca del mar de Bering. En total, 1.700 kilómetros. “Espero recorrerlos en dos semanas. Algo más de 100 km al día”.

De la Rosa, bombero de profesión, llevará en su bicicleta Stevens (facilitada por Macario) unas alforjas con 30 kilos de peso, un saco para 40 grados bajo cero y una tienda para recorrer los caminos de “todo nieve y hielo”. Su reto es parte de la competición Iditabike, pero: “Al final vas en solitario, Alaska es un lugar complejo y hay que ser dueño de tu propia seguridad. Puede haber peligros como colarte en un río, los temporales, sufrir congelaciones...”. El Cali lo sabe bien, porque ya hizo esta ruta en 2014, pero a pie. “Quiero ser el único que la tenga en bici y caminando”, dice el aventurero, que ya conoce el terreno. “Es una ventaja, pero es muy diferente. En la bicicleta hay que cuidar mucho el material, porque una complicación técnica puede dar al traste el reto y hacerte pasarlo mal”.

¿Y dónde dormirá por las noches? “En los lugares que toque. Cuando caiga el día montaré mi tienda y mi saco. Hay algunos refugios y muy poca civilización, pueblos de inuits, pero no creo que duerma allí”.Bajo su tienda pasará lo más duro del viaje: “El frío y el hambre”. “Si se te quitas los guantes y se te enfrían las manos ya no hay quien te caliente. Hay que tener cuidado, pero hay cosas que no puedes hacer con guantes. Para comer, en las alforjas llevo productos liofilizados. Haré tres comidas al día, pero creo que pueden ser escasas cuando haces 100 kilómetros diarios en la bici”. Otro problema es la hidratación. ¿Cómo beberá? “Pues coges nieve y las descongelas. Luego le añado algunas sales minerales y... a beber”.

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Aunque más allá de las dificultades, “que las habrá”, Antonio se confiesa un apasionado de Alaska: “Es un sitio extremo, con recursos y, sin embargo, tan duro que no vive mucha gente. Eso sí, los pocos habitantes que te encuentras son muy agradables. La verdad es que es una pasada”.

Para preparar el reto, la próxima semana viajará a Rovaniemi (Finlandia) para adaptarse a la nieve y a la bicicleta. “Haremos 300 kilómetros en varios días, pero será un test para ver cómo estamos. Quiero prepararme bien”. Lo fuerte llegará en Alaska desde el 28 de febrero hasta “mediados de marzo”. “La verdad es que tengo muchas ganas”, dice Antonio, que llevará un teléfono satelital para hablar con él en el helado estado americano.

Si concluye con éxito, El Cali tiene previstos otros dos retos más bajo la nieve para 2016. Es lo que ha denominado Tri Winter Challenge. El siguiente es más extremo aún. “Se le puede llamar la Primera Navegación de paddle surf en el Círculo Polar Ártico”. Será en julio y agosto, y consistirá en 2.200 kilómetros sobre su tabla con salida en Ilulissat, la capital de Groenlandia, hasta llegar a Alert, la ciudad de Canadá a 400 km del Polo Norte. “He diseñado yo la expedición, y los que la han visto me han dicho que es muy exigente. De primer nivel mundial. Top, top... Remaremos y esquivaremos icebergs. Ya tengo los vuelos y todo”.

Y en diciembre. “Quiero ir al Polo Sur. Aún no tengo la financiación, pero me gustaría ir desde bahía de Hércules hasta el Polo Sur. En principio quiero hacer las tres...”. Sus viajes los financia entre Turismo Madrid y la empresa Meridiano Raid.

De la Rosa no parará apenas en su casa de Lozoyuela ¿No se cansa de retos? “¡Qué va! Me gusta mucho la nieve y la verdad es que no paro nunca”. Sus amigos verán poco a El Cali este año, el aventurero que hace paddle surf, monta en bici, rema... y lo que haga falta.