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BOXEO

El sobrino de Urtain sale del corredor de la muerte

El Tribunal Supremo de Florida anuló ayer la condena de muerte dictada contra Pablo Ibar, sobrino del boxeador José Manuel Urtain. Implica la celebración de un nuevo juicio oral.

En el Penal de Starke, en 2001. Pablo Ibar, condenado en EE UU.

El Tribunal Supremo de Florida (EE UU) anuló ayer la condena a la pena capital dictada en el año 2000 contra el español Pablo Ibar, sobrino del boxeador José Manuel Urtain. Ibar lleva casi 22 años encarcelado, 15 de ellos en el corredor de la muerte. Esta resolución implica la celebración de un nuevo juicio oral.

Pablo Ibar fue condenado en 1994 por un triple asesinato

La noche del 26 de junio de 1994, el dueño del club Casey’s preparó una fiesta privada en su casa de Miramar (Florida). Casimir Sucharski llevó a su apartamento a dos “aspirantes a modelo”: las jóvenes Sharon Anderson y Magie Rogers, bailarinas de striptease. Sucharski había instalado un sistema de cámaras de vídeo. Las grabaciones mostraron cómo de madrugada dos encapuchados entraron en la vivienda, la registraron en busca de objetos y mataron al trío. Luego, los asesinos se marcharon en un coche que al día siguiente apareció en llamas en un descampado. La Policía y la Fiscalía determinaron que el homicida que se destapó la cara era Pablo Ibar. El otro, de quien no había siquiera mínimos testimonios, sería Seth Peñalver. No existía ninguna evidencia, porque en una casa llena de huellas no aparecieron las suyas. Contra Ibar estaban ese vídeo y que en su coche se encontró un bidón de gasolina.

Con cuatro votos a favor y tres en contra, el Tribunal tumbó la sentencia por asesinato en primer grado y pena de muerte “ante la ausencia de pruebas físicas que conecten a Ibar con el triple homicidio”. Ibar fue condenado por los asesinatos de tres personas, cometidos en 1994: el dueño de un local nocturno y dos bailarinas.

Uno de los argumentos clave para la anulación residió en que “el ADN de Ibar no fue encontrado en la camiseta recuperada” en el lugar del crimen, una prenda que “el culpable usó para cubrirse parcialmente el rostro”. La defensa de Ibar, de 45 años, quien siempre ha mantenido su inocencia, resaltó en su apelación ante el Supremo de Florida la poca fiabilidad de la prueba determinante: “Un vídeo sin sonido, borroso y granulado, grabado por las cámaras de seguridad de la casa del dueño del club”. Aparte, también tachaba de “poco fiable” el testimonio de un experto facial.

En ese vídeo aparecen dos individuos con el rostro cubierto, en busca de objetos de valor. Al final de la grabación se observa cómo uno de ellos se descubre la cara. Pese a la mala calidad de la imagen, la Fiscalía dijo en el proceso de 1994 que esa persona era Ibar.

“Se trata de un momento de mucha emoción que hemos esperado desde hace mucho tiempo. Por fin se abre un camino a que Pablo demuestre su inocencia”, expresó a la Agencia EFE Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar.

No obstante, la Fiscalía puede recurrir la decisión del Tribunal ante esta misma instancia judicial en un recurso de reposición, o bien llevar su apelación incluso ante el Supremo de Estados Unidos.