Las chicas pierden con Italia y se van al lado duro del cuadro
Rusia será rival el miércoles a las 17:15 en los cuartos de final, mientras que Holanda, el equipo más en forma del torneo, les esperaría en semifinales.
La Selección femenina de waterpolo perdió contra Italia (8-9) en un partido poco atinado en ataque y se va al lado más difícil del cuadro. El miércoles a las 17:15 se medirán a Rusia en busca de una plaza en las semifinales, y si todo sucede según la lógica de la competición, su rival en esta ronda será Holanda, el equipo que ha demostrado estar más en forma en este Europeo de Belgrado.
Las de Miki Oca no hicieron uno de sus mejores partidos, aunque, pese a ello, tuvieron el empate y, por lo tanto, la primera plaza de grupo en su mano. El primer parcial fue de tanteo. Ambos equipos estuvieron más atinados en ataque que en defensa, un calentamiento antes de entrar en los cuartos decisivos. Laura López, desde la posición de 5, anotó dos goles, neutralizados por Emmola y la veterana Di Mario, de 36 años (2-2) en el toma y daca inicial. Forca, con una bella vaselina, volvió a poner a España por delante, aunque dos superioridades de Italia le dieron la vuelta al marcador (3-4).
Italia cerró la boya en defensa y neutralizó a Maica, por lo que provocó que España tuviese que lanzar desde fuera. Emergió Gorlero, la portera fue una gigante y que detuvo los ataques españoles. Forca y Anni Espar marcaron en el segundo parcial, goles que fueron respondidos por los de Di Mario y Emmola (5-6). Las cosas volvieron a estar igualadas, aunque siempre Italia un punto por delante, como ocurrió en el tercer parcial, donde la ventaja pasó a estar dos goles por encima (6-8).
No encontró agujeros el equipo español, bien defendido por las rápidas jugadoras italianas, que taparon a sus mejores lanzadores. Apenas pudo armar el brazo Ru Tarragó ni Judit Forca. Maica apareció por primera vez para anotar el 7-8, aunque nuevamente Italia, en una acción de superioridad, puso el 7-9. No hubo manera de revertir la situación. Tampoco las superioridades ayudaron a encontrar los espacios adecuados para reducir distancias, como le ocurrió a Tarragó a falta de tres minutos. Gorlero detuvo su lanzamiento.