Repetición instantánea
Si Peyton Manning ha pensado en decir adiós, llegó el momento
El QB de Denver no podía pensar en el retiro tras un juego con 4 INT’s y ser enviado a la banca; la Final de la AFC o el Súper Tazón serían marcos ideales.
Puede ser un quarterback sospechoso en Playoffs, pero por el tamaño de su figura y su peso en la historia de la NFL, Peyton Manning merecía tener la oportunidad de pelear, quizá por última vez, el pase al Súper Tazón y hacerlo en el marco de un nuevo duelo ante su némesis, Tom Brady.
Luego de todo lo sucedido los últimos cuatro meses y medio, en particular tras ser enviado a la banca en un juego en el que sufrió cuatro intercepciones, una lesión en el pie y ser sustituto por primera vez en su carrera, Manning debe considerar seriamente colgar el casco y las hombreras antes de que, en realidad, sea demasiado tarde.
Los Broncos y el coach Gary Kubiak ya saben lo que Manning puede ofrecer actualmente. Si el ataque de Denver no caminó con eficiencia ante Pittsburgh no fue culpa del pasador, quien no ha tenido apoyo regular de su ataque terrestre ni de su línea ofensiva y a quien sus receptores le soltaron ocho pases ante Acereros.
Tras aquél infame duelo ante Kansas City, veía muy complicado que Manning decidiera decir adiós. Una figura de su talla, educado para triunfar y por ende, con un indomable espíritu competitivo no podía hacerlo en esas circunstancias.
Una derrota ante Brady, a quien ha logrado vencer cinco veces en 16 juegos, incluida una Final de la AFC en la que protagonizó una espectacular remontada, sería un marco honroso para el último juego de Manning en la NFL.
Y si los Broncos llegan a vencer a Nueva Inglaterra el próximo domingo, Manning estaría en la antesala de conseguir ese segundo anillo de Súper Tazón que tanto lo ha esquivado. Un marco más que ideal, pero proporcionalmente igual en presión para una leyenda como Manning.
LOS COACHES SON HUMANOS… A VECES EN DEMASÍA
Cualquier decisión que tomamos tiene consecuencias, inmediatas o a mediano o largo plazo, pero todas impactan nuestra vida y a quienes forman parte de ella.
En el futbol americano no es distinto. El entrenador en jefe es el responsable de tomar las decisiones difíciles, quien tiene la última palabra en cualquier situación y de su elección dependerá el éxito o fracaso de un grupo de 53 jugadores, de su staff de coacheo y toda una franquicia.
Un coach debe tener cabeza fría para decidir qué hacer en momentos de presión. Su trabajo es conocer física y mentalmente a fondo a sus jugadores y con base en ello, tomar decisiones.
La Ronda Divisional nos dejó varios ejemplos de lo mal que pueden actuar los coaches en situaciones de presión y de varias de sus decisiones se desprendieron situaciones que hicieron emocionantes los duelos y repercutieron en el resultado final.
En relación al conocimiento pleno que un entrenador en jefe debe tener de sus jugadores, el primer señalamiento va para Pete Carroll, de Seattle, quien ya carga con la mala fama por aquél pase interceptado en los segundos finales con el que Nueva Inglaterra aseguró el título en el Súper Tazón XLIX.
Abajo 31-0 con poco más de dos minutos por jugar en el segundo cuarto, en la yarda 18 de Carolina, con su equipo en busca de respuestas y mentalmente maltratado, Carroll decidió jugársela en cuarta y cinco. Russell Wilson lanzó un pase a Doug Baldwin, quien quedó a una yarda de la marca del primero y 10.
Cuando vas 31-0, hay que poner puntos en la pizarra como sea y Carroll perdió la oportunidad de anotar un gol de campo que resultó ser la diferencia en el marcador.
En su última serie ofensiva, Seattle estaba abajo por 10 puntos. Por cómo se desarrolló el juego, de haber decidido ir por un gol de campo en aquella serie ofensiva, los Halcones Marinos hubieran buscado el touchdown para forzar al tiempo extra y no sólo acercarse en la pizarra.
Una decisión alejada de la conclusión del encuentro, pero que gravitó en el resultado. En Glendale sucedió algo similar, pero todo en los minutos finales del duelo entre Arizona y Green Bay.
Con los Cardenales arriba 17-13 con 2:34 por jugar y la opción de dejar avanzar el reloj para no dejarle a Green Bay tiempo de reacción, el coach Bruce Arians decide que Carson Palmer lance un pase incompleto que detiene el reloj de juego.
Arizona anotó un gol de campo en esa serie, pero le dejó 1:55 en el reloj a Aaron Rodgers. La jugada del “Ave María” (Hail Mary) de Rodgers inició con cuatro segundos en el reloj. De haber elegido correr y no lanzar un pase que resultó incompleto, Arians no le hubiera dejado nada de tiempo a Green Bay para buscar el milagro que encontró.
Arians dijo que no se arrepentía de su decisión, pues juega o entrena para ganar. De ser así, la elección de consumir el tiempo en el reloj era la correcta para asegurar el triunfo. Arians le debe un enorme agradecimiento a Carson Palmer y a Larry Fitzgerald por salvarlo en una jugada rota de lo que tuvo tintes de un desastre total.
A su vez, Andy Reid, coach de Kansas City, volvió a dejar evidencia de que los momentos de presión no son lo suyo.
Abajo por 14 puntos y con menos de tres minutos por jugar, los Jefes no mostraron sentido de urgencia para anotar rápidamente, tardaron valiosos segundos entre jugadas y así permitieron que el reloj llegara a la pausa de los dos minutos sin anotar.
Reid señaló que la estrategia era consumir segundos para anotar dos veces sin dejarle tiempo a la ofensiva de los Patriotas –como si Tom Brady no tuviera experiencia para manejar los ritmos de un partido de Playoffs.
Tras la pausa de los dos minutos, los Jefes anotaron, pero tuvieron que emplear más de 40 segundos y cuatro jugadas para lograrlo. Fin del juego.
Al contratar a Reid como coach, los Jefes debieron tener muy presente sus fallas en momentos de urgencia y en situaciones de gol o de una o dos yardas. Reid es etiquetado como uno de los coaches más ingeniosos y que más versatilidad da a su plan de juego, pero estas cualidades han desaparecido cuando sus equipos más lo han necesitado.
EL RIESGO DE JUGAR AL FILO DE LA NAVAJA
Debo comenzar este apartado con una aclaración: NO LE QUITO MÉRITO A CAROLINA POR ESTAR EN DONDE ESTÁ. Las Panteras han hecho lo suficiente para llegar a la Final de la NFC y ratificar la etiqueta de contendiente que se ganaron en la temporada regular.
Sin embargo, me resulta muy complicado creerle a un equipo que no sabe cómo finiquitar juegos que prácticamente se mete en la bolsa desde temprano.
Lo sé. Parezco disco rayado, pero con lo sucedido ante Seattle, Carolina sumó el cuarto partido de la campaña en el que pierde una ventaja de doble dígito y se pone a rezar para asegurar el triunfo.
Ante Indianápolis ganaban por 17 puntos y se llevaron el triunfo en tiempo extra; una semana más tarde vencían por 23 a Green Bay y apenas ganaron por ocho puntos; Gigantes les empató tras ir abajo por 28 puntos y ahora, los Halcones Marinos les anotaron 24 sin respuesta para que una ventaja de 31 puntos se redujera a sólo siete.
De acuerdo a la ley de probabilidad y estadística es mínima la posibilidad de que algo similar le suceda otra vez a las Panteras, pero ganar duelos apretadamente tras sacar cómodas ventajas habla de un muy mal manejo de partidos y de un frágil estado mental.
Nada tiene que ver la preparación física del equipo en cuestión. Un equipo consolidado mentalmente y físicamente bien preparado no se conforma con 31 puntos y anotará cuantas más veces sea necesario para liquidar al rival.
Basta recordar aquél último duelo de Dan Marino en la NFL, cuando Jacksonville humilló 62-7 a Miami en Playoffs o las palizas en el Súper Tazón que propinaron Chicago a Nueva Inglaterra y San Francisco a Denver. Jaguares, Osos y 49’s quitaron el pie del acelerador hasta que era evidente que no habría reacción de los rivales.Las Panteras dejan de acelerar anticipadamente y gracias a su impulso están donde están.
Y PARA TERMINAR…
Con el tema del Manning-Brady Bowl XVII de moda, recordemos que el pasador de Nueva Inglaterra ha ganado 11 de los primeros 16 juegos ante su colega en Denver.
Sin embargo, de los cinco triunfos de Manning sobre Brady, sólo uno ha sido por siete o más puntos y éste se dio en un duelo de lunes por la Noche en 2005.