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PREVIA BRONCOS-STEELERS

Broncos y Steelers: duelo épico entre un cojo y un manco

El enfrentamiento entre dos figuras como Manning y Roethlisberger, con la incertidumbre que les rodea, hace que cualquier análisis gire en torno a ellos.

Las dudas siguen rodeando a Ben Roethlisberger de cara al partido de ronda divisional frente a los Denver Broncos.
ANDY LYONSAFP

Un cojo y un manco entran en un emparrillado. Podría ser el inicio de un chiste malo, pero será lo que nos encontremos el próximo domingo a las 10 y media de la noche (hora peninsular) cuando nos sentemos delante del televisor, PC o Tablet, para contemplar la final divisional (que nunca he entendido por qué se llama así) entre Denver Broncos y Pittsburgh Steelers.

Los Steelers regresan a la escena del crimen. La del Tebownazo de 2011 que a punto estuvo de encumbrar a ídolo mundial a un FB disfrazado de QB. Una herida que todavía escuece entre los Señores del Acero. La oportunidad para que el padawan Keith Butler (ahora coordinador defensivo, entonces entrenador de LBs) vengue la humillación sufrida por su maestro Dick LeBeau. Pese al precario estado de salud con que se presentan en este partido, parten con la ventaja anímica de haberse impuesto en el encuentro de temporada regular jugado hace apenas un mes, en el que su defensa aniquiló por completo a la ofensiva bronca en la segunda mitad, mientras que su ataque encadenó 21 puntos en una fantástica exhibición del WR Antonio Brown, que acabó con 189 yardas, 2 TDs… y la moral del CB Bronco Chris Harris.

Sin embargo, en esta ocasión, Brown está inmerso en los protocolos por conmoción cerebral y prácticamente descartado, mientras que Ben Roethlisberger llega con severas molestias en el hombro que le han impedido entrenar con normalidad. Herida de guerra de la ronda de wildcard en una jugada donde probablemente corrió un riesgo innecesario (jugarse un pase en 3ª y 18 en la propia redzone en un partido que ganaba con claridad 15-0 al final del tercer cuarto frente a un rival enrabietado). Un vicio, el de exponerse al peligro prolongando en exceso las jugadas, que a estas alturas de su carrera ya no va a corregir. Razón por la que una vez más, su guardia personal, la línea ofensiva comandada por Alejandro Villanueva, tendrá un papel fundamental en el devenir del partido ante el poderoso pass-rush de la defensa de Denver. No obstante, que el LB Bronco Demarcus Ware no esté al 100%, supondrá cierto alivio.

Por si no fuera suficiente, las noticias que llegan de Pittsburgh alertan de que el RB Williams tampoco será de la partida, por lo que nuevamente los Steelers formaran un backfield de circunstancias con Todman y Toussaint que, dicho sea de paso, no lo hicieron tan mal en Cincinnati. Sin un confiable juego de carrera, con el mejor receptor ausente y un QB que no puede lanzar profundo, las opciones para el ataque acerero ante una defensa tan poderosa se reducen drásticamente. Les queda el pase corto a Wheaton y Bryant, confiando en que puedan sumar yardas tras la recepción, y buscar el seam con el TE Miller y la flat con Toussaint. No les descartemos tan alegremente, que ya en situaciones similares han demostrado más capacidad de superación ante la adversidad que los espermatozoides de Antonio Cromartie.

Los Broncos han confirmado a Manning como QB titular en detrimento de Osweiller. Esto les hará radicalmente distintos. O absolutamente idénticos. O puede que las dos, e incluso que ninguna. Os estaréis diciendo que vaya birria de previa entonces, pero la realidad es que nadie sabe a ciencia cierta qué Peyton Manning nos vamos a encontrar. En los minutos que jugó durante el último partido de liga contra Chargers, se limitó únicamente a poner orden y handoffs. Puede estar tan milagrosamente recuperado de su misteriosa lesión en el pie, que tan oportunamente aparece como desaparece, que volvamos a ver aquel QB mágico que nos deleitó en sus mejores tiempos. O puede realmente estar más acabado que la carrera cinematográfica del chapo Guzmán, y que sus mustios lanzamientos sean presa fácil, incluso, hasta para la secundaria de Pittsburgh.

La combinación Peyton Manning en playoffs y frío es tan desafortunada como mezclar Rioja Reserva y Cola Hacendado para hacer calimocho. Pero resultaría complicado a Kubiak explicar los motivos para tener a una leyenda en el banquillo si el resultado acabase siendo contrario a sus intereses. Por tanto, no le queda otra opción que ir con Manning (además, qué casualidad, Osweiller está lesionado). Esto supone plegarse al estilo juego donde más cómodo se encuentra el #18 de los naranjas. Es decir, la formación en shot-gun. Para desesperación de sus running-backs, a quienes les cuesta mucho ser productivos partiendo de dicha formación. No obstante, entre la reducida movilidad del QB, y la presión que ejerce el front-seven acerero, parece la mejor alternativa. La esperanza de los locales es que este menor protagonismo de la carrera lo compense taladrando el poroso cuerpo de cornerbacks steeler con mayor profusión de pases a los WRs Thomas y Sanders y al TE Daniels. Con esto no sólo conseguirá reducir el pass-rush, sino que facilitará las jugadas de screen para el RB Anderson. Pero que se ande con ojo, que en los últimos 6 encuentros, la defensa de Pittsburgh ha conseguido 9 intercepciones.

La lesión de Roethlisberger facilitará la tarea a la No Fly Zone de la secundaria de Denver, autoproclamada responsable de la derrota en Pittsburgh y con ganas de revancha. A su favor también tiene el regreso de sus safeties titulares, Ward y Stewart, ausentes en aquella cita. Entonces plantearon una defensa al hombre que desmontó Big Ben. Desde ese partido, Wade Phillips, el coordinador defensivo, aprendió la lección y han utilizado en más ocasiones la defensa en zona, lo que ahora les daría un plan “B” por si no funcionase lo anterior. Por su parte, el front-seven pasa por ser el más espectacular y rápido de la competición, líder en las principales categorías: sacks, yardas permitidas por tierra, etc. Un muro infranqueable contra la carrera y una amenaza constante para el QB, pero deberán centrarse en no fallar placajes que permitan yardas extra, otra de las razones que les hicieron perder el partido en Pittsburgh.

Como todos los partidos de playoffs, éste tampoco estará exento de tensión. No debería alcanzar los niveles de la eliminatoria entre Bengals y Steelers, pero también hay rencillas pendientes del encuentro de temporada regular, en el que una violenta acción del center acerero Wallace dejó lesionado al líder de equipos especiales bronco, David Bruton. Quiero creer que la experiencia del pasado sábado estará en las mentes de todos para evitar repetir tan lamentable espectáculo, pero como en aquella ocasión, ya han aparecido recordatorios en los medios. Esperemos que este enfrentamiento entre el mejor ataque (Pittsburgh) y la mejor defensa (Denver) de la Conferencia se centre en responder a las expectativas deportivas levantadas, y eleve el pobre nivel de calidad que nos ofreció la pasada ronda de wildcard.