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ATLETISMO | DOPAJE

Informe AMA: "La corrupción era parte integral de la IAAF"

La Agencia Mundial ratifica que el sistema que debía pillar a los tramposos estaba podrido. Coe, señalado por Pound como solución y no problema.

Dick Pound entra en la sala para presentar el informe.
MICHAEL DALDERREUTERS

El sistema estaba podrido. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF), teórica garante del juego limpio, hacía la vista gorda hacia el dopaje y, además, su cúpula se enriquecía con ello. “La corrupción era parte integral de la IAAF”, denuncia el informe de 90 páginas que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) hizo público este jueves en Múnich. Segunda entrega del que provocó  un terremoto en noviembre destapando el dopaje de Estado en Rusia, que acabó con la gran potencia suspendida por tiempo indefinido. Las investigaciones arrancaron con un reportaje de la ARD: Doping secreto: cómo fabrica Rusia a sus campeones.

“Los dirigentes no podían ignorar la magnitud del dopaje”, advierte la Comisión liderada por Dick Pound, expresidente de la AMA, y completada por Richard McLaren, experto canadiense en derecho deportivo, y Günter Younger, agente de policía alemán. Sin embargo, nadie denunció un sistema que explotó en 2011 por el temor a que el Mundial de 2013, en Moscú, fracasara sin los atletas locales.

“Queda indiscutiblemente claro que muchas más personas sabían de los problemas que se han reconocido actualmente”, afirmaron ante un auditorio en el que se encontraba Sebastian Coe, que tomó las riendas de la IAAF en verano.

Coe fue vicepresidente y miembro del Consejo con el corrupto Lamine Diack entre 2007 y 2015 pero no fue señalado por Pound como problema, sino como solución: “La IAAF tiene una gran oportunidad para avanzar, y Coe puede hacerlo. No puedo pensar en nadie mejor”.  Para Pound, el mito del atletismo no sabía nada de lo que se cocía a su alrededor durante tantos años.

La AMA constata el “fracaso total” de la IAAF en la lucha contra el dopaje. “Un colapso total de las estructuras directivas y una falta absoluta de responsabilidad”, refiere. Se acusa a los directivos de una “grave carencia de voluntad política” para hacer frente al problema.

Los principales señalados son Lamine Diack (82 años), que estuvo al frente de la Internacional durante 16 años, y el exjefe del Antidopaje en la IAAF, Gabriel Dollé. Ambos son objeto de una investigación penal paralela en Francia en la que se les acusa de corrupción activa por extorsionar a atletas con los datos adversos de sus pasaportes biológicos. Hoy se supo también que está implicado otro hijo del expresidente, Khalil, aparte del ya suspendido Papa Massata sobre el que INTERPOL ha cursado orden de busca y captura. El primero figuraba como consultor externo y el segundo de marketing. Los otros dos personajes clave eran Habib Cissé, consejero legal, y Valentin Balakhnichev, extesorero y presidente de la Federación rusa.

En las páginas se detallan sus lujosos viajes a Rusia o Turquía para chantajear a atletas como la maratoniana rusa Liliya Shobukhova, segunda mejor de todos los tiempos, o la turca Asli Cakir Alptekin, oro en 1.500 en Londres 2012. Exigieron a ambas cantidades cercanas al medio millón de euros. Según la Comisión, el círculo funcionaba como “un gobierno informal ilegítimo” de la IAAF.

En cuanto a las revelaciones de Sunday Times y la ARD de que hasta 146 medallas en Juegos y Mundiales arrojarían valores sospechosos, la Comisión concluye que estaban construidas sobre bases de datos incompletas, por lo que “no es posible iniciar con éxito procesos sancionadores”.

También se asegura que hay razones para sospechar de que la cúpula, que además untaba a altos funcionarios de la IAAF “para mantenerlos tranquilos”, se pudo aprovechar de las concesiones de los Mundiales a determinadas ciudades. Las últimas elecciones de Moscú, Pekín o Doha levantaron polvareda.