Análisis de la batalla campal entre Bengals y Steelers

Los seguidores de la NFL en España somos como una pequeña secta, si me permitís la comparación, que intenta convertir a nuevos adeptos a nuestra causa. Creo que os sentiréis reflejados cuando alguna vez he intentado explicar a algún amigo que mostraba interés por el football, que es eso de los downs, y que los jugadores no son gordos con armadura, si no atletas de primer nivel jugando un juego de ajedrez pero con placajes, sé que es mucho más complicado pero tampoco quiero pasar por el pesado de turno, ni cansar al personal....

El problema es intentar explicar que el football se diferencia del fútbol en una mayor honestidad en el terreno, y una mayor ética deportiva y después te vienen los Bengals y los Steelers a hacer el ridículo al campo tirando por tierra estos argumentos, y nada menos que en playoffs y con un español como titular.

Cuando acabó el partido no me podía creer lo que acababa de ver, pensaba que a lo mejor mi bebé había dado un toque más melodramático a esas 3 horas, el pobre anda con catarro y muchos de vosotros seguro que sabéis como es un pequeñín enfermo, así que encendí el ordenador para mirar que se decía del partido, y me quedé más tranquilo pensando que no era el único con cara de quarterback cuando le interceptan un pase, algunos especialistas hablaban del peor partido NFL que habían visto en 40 años, y esos son muchos años y muchos partidos aunque Marvin Lewis se empeñe en acortar los de playoff de los suyos.

El encuentro había sido asignado al referee John Parry, que iba a Cincinnati con un equipo arbitral mixto, como sabéis para los playoffs solo los árbitros que han obtenido las mejores puntuaciones durante la temporada son asignados, por lo que no contaba con su equipo habitual, a excepción del umpire Mark Pellis.

John Parry es uno de los referees más veteranos de la NFL, procede de la Conferencia College Big Ten y de la Arena Football League, en el año 2000 se convertía en side judge de la Liga, desde 2007 trabaja como referee. Ha sido asignado a dos Super Bowl, en la última, la XLVI como referee. Es por supuesto uno de los mejores árbitros de la NFL, parco en palabras, no se alarga ni en explicaciones, ni en consultas antes de encender el micrófono, y se caracteriza por ser estricto con las defensas, tanto en primera línea como más abajo en el terreno.

Como véis todo correcto, un referee veterano y estricto con las defensas, asignado a un partido que se preveía bronco, pues imposible, no pudo hacer nada ante el resentimiento y la rivalidad enfermiza que acompaña a estos dos equipos cuando se enfrenta entre ellos. Todo empezaba antes del choque cuando los zebras no tuvieron otro remedio que plantarse en el centro del campo, como si de guardias de seguridad se tratase para que los jugadores dejasen las tonterías recordemos que el equipo arbitral tiene jurisdicción antes de comenzar el encuentro, mientras que los jugadores se encuentran calentando o reconociendo el terreno. Tener jurisdicción significa que pueden señalar faltas, expulsar jugadores, e incluso utilizar videoarbitraje para asegurarse de que jugadores han de ser expulsados del partido.

Si ya todo el partido fue un cúmulo de despropósitos no hablemos de los dos últimos cuartos, el placaje del linebacker de Pittsburgh Ryan Shazier a Giovanni Bernard de los Bengals fue muy duro, y dejó al jugador de Cincinnati inconsciente tumbado en el terreno. Para resumir Bernard recibe un pase de su quarterback, completa el catch y se dirige a completar las 9 yardas en tercer down que le restaban a su equipo en ese ataque, empezando su carrera es frenado en seco por Shazier, que le golpea con el casco a la altura de la mandíbula, el equipo arbitral cambia la decisión en el terreno de down by contact a fumble y entiende que el hit es legal, porque Bernard se había establecido como corredor y no estaba indefenso a la hora de recibir el placaje… aquí existen división de opiniones en cuanto a si el contacto era legal o ilegal entre los analistas arbitrales de las diferentes cadenas americanas, en lo que no existe duda alguna es que mientras que Bernard yacía tendido en el suelo, el propio Shazier y sus compañeros celebraban la jugada, espero de verdad que era porque no estaban al tanto de la situación de su compañero de juego, aunque claramente no de equipo.

Uno de los gestos que más me gustan de muchas ligas juveniles fútbol americano, es que cuando un jugador está en el suelo debido a una lesión el resto de jugadores clavan una rodilla en el mismo suelo por respeto a su compañero, y le aplauden si tiene que salir en camilla a recibir cuidados médicos adicionales. Tampoco pido que hagan eso, simplemente que no bailen, rían y celebren que otro jugador ha podido finalizar su carrera.

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Como decía, a los jugadores, sean del equipo que sean, se les aplaude si deben abandonar el campo por lesión, pues al quarterback de los Steelers Ben Roethlisberger, una parte del público de Cincinnati le insultó y lanzó todo los objetos que tenían a mano en su salida del campo en el carro-camilla tras su lesión en el hombro, esperemos su pronta recuperación, y la pronta recuperación a la civilización también de esa parte del público de los Bengals.

Lo de los segundos finales de los Bengals, con el linebacker Vontaze Burfict y el cornerback Adam Jones regalando el partido ya no merece más palabras, yo ya he perdido toda esperanza con ellos, creo que no debieran jugar al fútbol americano, son la antítesis de lo que debe representar este deporte. Además para que les sirve ser tan buenos, como seguramente sean, si rayan lo criminal, y no es la primera vez que lo hacen, que se lo digan al wide receiver de los Raiders Amari Cooper, en esta misma temporada Jones le quitó el casco, le cogió la cabeza con ambas manos, y la estrelló contra el casco… Cooper sigue jugando, pero con un poco de mala suerte a lo mejor hoy estaba bajo tierra. A este deporte se juega con intensidad, pero dañar al contrario a propósito es otra definición, y la reincidencia debiera ser castigada con la expulsión a vida de la Liga.

Lo mejor de todo es que según parece, algunos pretendían echarle la culpa a los árbitros de lo sucedido… sinceramente ni ellos, ni la lluvia tienen la culpa de que algunos jugadores tengan la inteligencia emocional de un psicópata cuando entran al campo, inteligencia emocional que le sobra por cierto a John Parry, que pitó muchas faltas, habló mucho más de lo que es habitual en él, e intentó junto con su equipo conducir una estampida irreconducible. Lo hicieron bien, no dejaron de tirar pañuelos… van a cargarse las estadísticas, y quizás debieron tirar más, pero los verdaderos culpables de la derrota de los Bengals son sin duda Burfict, Jones y su cuerpo técnico.