Los Dodgers van de tapados en la Major League Baseball

En algún lugar de las oficinas del Dodger Stadium habrá alguien que sepa de primera mano qué diablos pasó en noviembre y diciembre para que el equipo más caro del mundo no sacara la billetera para traerse al enésimo crack de la plantilla, mientras el resto de la Liga firmaba lanzadores estrella con una facilidad insultante.

Los Dodgers han pasado de ser el aspirante número uno al título divisional a ser el hazmerreír por su aparente incapacidad de fichar a los peces gordos del mercado. Nada más lejos de la realidad. Los angelinos han construido una rotación inteligente y con riesgo mínimo.

Primero llegó Scott Kazmir, quien ha cuajado una gran temporada en el equipo revelación para muchos, los Houston Astros. La historia de Kazmir comenzó de fábula, pero cuando parecía que su etapa en las Mayores había llegado a su fin, el pitcher zurdo se sobrepuso a diversas estancias en las Ligas Menores y la liga puertorriqueña para convertirse de nuevo en All-Star. Once derrotas y siete victorias y una ERA de 3.10 son sus credenciales en 2015 para los Athletics de Oakland y los Astros.

El tercer o cuarto puesto de la rotación lo ocupará Kenta Maeda. ¿Y quién es Maeda? Un japonés de 27 años que ha firmado un contrato... Un contratito. 3 millones de dólares anuales hasta 2023. El serpentinero diestro ha firmado por tan poco dinero debido a que el equipo no se fía de su estado físico. El mejor lanzador de la liga de Japón podría ganar pluses bastante jugosos si cumple ciertas cláusulas en su contrato. Los Dodgers han jugado bien sus cartas y el riesgo es mínimo.

A Brett Anderson y Alex Wood se les unirá Hyun-jin Ryu, que se perdió toda la temporada pasada por lesión y tiene nivel para aportar muchas cosas a este equipo. Personalmente, tengo muchas ganas de ver en acción a Julio Urías, pero su integración en el primer equipo se está tomando con calma. El mexicano de 19 años podría tener cierto protagonismo en 2016.

Ah, y también está por ahí un tal Clayton Kershaw.

Lo cierto es que los Dodgers no tienen la mejor rotación de la Liga, y es discutible de si tienen la mejor de su división. Pero démosle la vuelta al dicho y quizás valga más la cantidad que la calidad. El overbooking que tienen los Dodgers en el montículo quizá sea una ventaja si el rendimiento de algún titular empeora o si las lesiones echan al traste algún plan.

Los Dodgers cuentan con una rotación en la que hay poco que perder y mucho que ganar, y eso, en un equipo como Los Ángeles, en el que ganar es la única opción puede ser una condena. Quizá los Dodges ahora traten de buscar algún refuerzo para la defensa o los bates, otra posibilidad que no solo no hay que descartar, sino que sería lo esperable tal y como terminó el equipo la pasada campaña.

No borren aún de las quinielas a este equipo: podría sorprenderles.