Los Redskins entran triunfales en playoff pisando a los Cowboys

A principio de temporada los Dallas Cowboys eran aspirantes a ganar la Super Bowl y los Washington Redskins a ser el número uno del draft. Cuatro meses de competición en la NFL dan para muchas vueltas, como para que la frase anterior pueda darse la vuelta. Pero no sólo en los resultados, porque después de ver el 34 a 23 que les han endosado los Redskins a sus rivales de división queda claro quien de los dos, ahora mismo, es un equipo como la copa de un pino y quien un desastre.

Washington sólo necesito jugar un cuarto y medio. Salieron concienciados de que no se jugaban nada, pues en efecto estaban "atrapados" en el cuarto puesto del cuadro de playoffs de la NFC cualquiera que fuese el resultado del partido, pero también conscientes de que cada domingo es una historia diferente en esta liga y hay que ganar. En esos poco más de viente minutos de juego se dieron cuenta de que enfrente estaba la nada y que no merecía la pena andar arriesgando ni un átomo. Ya habían anotado, en ese momento, tres touch downs.

En ello habían brillado como grupo, como lo están haciendo desde hace al menos un par de meses. Pero Kirk Cousins se había establecido por encima del resto de los jugadores del campo. Con absoluta comodidad, con la superioridad del que sabe lo que hace, diseccionó la defensa de los Cowboys con algunos pases magistrales.

Es cierto que a ello colaboró el grupo de jugadores que se hacen llamar la defensa de los Dallas Cowboys. Sin pass rush, sin detener la carrera y perdidos en la secundaria, esta unidad completó un inicio de partido lamentable. Tanto como la mayor parte de la temporada. Tanto como los que hace dos años sonrojaron a toda la nación Cowboy.

Poca historia más tuvo el duelo. Los Redskins se dejaron llevar, los Cowboys lo intentaron. Terrance Williams tuvo un día estupendo y Kellen Moore, hoy QB de Dallas, lo intentó cuanto pudo. Dio igual. La diferencia de nivel era abismal y en juego ya no quedaba ni la honra, que fue pisoteada en el cuarto y medio que duró el avasallamiento.

Washington entra así en playoffs. Y lo hará jugando en casa. Además, con un récord 9-7 se les ve bastante más legítimos de lo que parecía al comenzar diciembre. No serán una perita en dulce. En absoluto. Están construidos para ser duros, con dos líneas muy sólidas, y ahora tienen un QB que cree en sí mismo sin asteriscos. Son peligrosos. Dallas, por su lado, puede olvidarse de una de sus peores temporadas recientes; de hecho, con 4-12, la que peor récord ha tenido desde 1989. Casi nada.