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DENVER BRONCOS 12 - OAKLAND RAIDERS 15

Khalil Mack martiriza a los Broncos y les roba la victoria

El pass rusher de los Oakland Raiders consigue cinco sacks y se erige en protagonista de la remontada de su equipo sobre los de Denver.

Khalil Mack fuerza un fumble a Brock Osweiler.
Ron ChenoyUSA Today Sports

Los Oakland Raiders acabaron la primera mitad de su partido contra los Denver Broncos habiendo recibido 12 puntos y, lo que es mucho más grave, consiguiendo un total de 12 yardas negativas. En ese punto, lo único que podría salvarles sería una actuación descomunal de alguna de sus jóvenes figuras. Y justo eso es lo que obtuvieron.

Khalil Mack puede llevarse menos titulares que Derek Carr o Amari Cooper, pero va a ser tan importante en el futuro de la franquicia de negro y plata como los citados. En una exhibición portentosa ayer dejó cinco sacks como cinco soles en el campo de los Broncos, amén de un fumble forzado y una presencia constante en el pocket rival que obligará a Brock Osweiler, QB de Denver, a tener que medicarse si quiere dormir tranquilo y no verle aparecer en sus pesadillas.

La actuación de la defensa de Oakland, de Mack en concreto, ahondó en la sensación de que los de Denver se comportaron con excesiva precaución cuando tuvieron el partido de cara.

A la primera parte me refiero, claro. En ella el ataque de Denver fue fluido. No diré brillante, porque no lo pareció, pero sí con capacidad para moverse por el emparrillado con eficacia y ritmo. Pero en los cuatro drives en los que llegaron hasta la red zone lo más que sacaron fueron cuatro field goals.

Parecieron suficientes, hay que decir en defensa del staff técnico de los Broncos, con Gary Kubiak al frente. Con las señaladas yardas negativas de los Raiders en la primera mitad se entiende que la defensa de Denver estaba siendo dueña y señora del tempo y de la situación. Con eso, y con los 12 puntos conseguidos de cuatro patadas, nada hacía presagiar lo que veríamos en la segunda mitad.

En ella no sólo vimos el show de Mack. Para ganar un partido de football a un gran equipo como son los Broncos, y más tras haber sido borrado del mapa durante 30 minutos, hace falta algo más. Ese algo más fueron varias jugadas claves que tuvieron que ver también como la defensa. Un safety y un fumble recuperado por Charles Woodson, siempre Charles Woodson, hicieron su parte. 

Derek Carr, por su lado, aportó algún pase maravilloso. No fue un gran partido el suyo, pero sí que dejó algún chsipazo imborrable. Por encima de cualquier otro, el pase de TD a Rivera en el que, previamente, selló a toda la defensa de Denver con la mirada y un amago perfecto para, luego, mandar el balón al centro a por seis puntos magníficos.

Pudo remontar el field goal de distancia Denver en un par de ocasiones en los minutos finales, pero sus drives fueron agónicos y sufrieron el síndrome de los drops cruciales, con protagonismo especial para Vernon Davis.

La derrota es importante para los Broncos. En el terreno de la clasificación porque con partidos ante Steelers y Bengals su capacidad para conseguir el bye en la primera ronda de playoff se ve comprometida. Pero, puede que más importante que eso, su moral se tiene que ir tocada. Su conservadurismo, el conformarse con los cuatro field goals en la primer parte, y el verse incapacitados para remontar la escasa distancia en puntos que le sacaron los Raiders, se suman para hacer mella, al menos tienen potencial para hacerlo, en un grupo que se había mostrado muy seguro aún y cuando han cambiado de QB a mitad de recorrido.

Y para los Raiders, que no ganaban a los Broncos desde 2011, este partido es la confirmación de que tienen eso por lo que suspiran no pocas franquicias: talento a espuertas por explotar. A veces es Carr, a veces Cooper, a veces Murray... y otras, como ayer, Khalil Mack, llamado a ser una estrella de esta liga. Y en breve.