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New England Patriots 28 - Philadelphia Eagles 35

Los Eagles bajan a la tierra a unos Patriots irreconocibles

Un punt bloqueado y devuelto para touchdown, un pick six de 100 yardas y un retorno de punt, hunden a unos Patriots que lo intentaron hasta el último segundo.

Jordan Matthews celebra el quinto touchdown de los Eagles en Foxboro.
Mark L. BaerUSA Today Sports

Los Patriots se han diferenciado durante toda su dinastía por cuidar cada detalle con mimo. Su secreto no solo consistía en jugar mejor que los demás, sino también en limitar al máximo los errores y sacar el máximo provecho de los de sus rivales. El football es un deporte que suele decidirse por los pequeños detalles y los de Boston eran los que tenían la lupa con más aumentos, la que les permitía ser los más metódicos.

Durante este tiempo, ver un error de bulto de los Patriots en un partido ha sido poco habitual, y ver dos, imposible. Por eso es tan increíble, tan sintomático, tan preocupante para ellos, que cometieran nada menos que cuatro errores gravísimos, los tres devueltos para touchdown, para sepultar todas sus posibilidades justo cuando están jugando su peor football ofensivo de los últimos años.

Ya no se puede echar la culpa a la línea ofensiva. En esta ocasión al menos cumplió. Es verdad que Tom Brady sufrió cuatro sacks, pero se debieron más a la incapacidad del quarterback para encontrar receptores abiertos, lo que le obligaba a aguantar la pelota mucho más de lo debido. Ante los Eagles vimos a Brady sufrir el mismo mal que ha perseguido a Aaron Rodgers durante la última fase de esta temporada: disponer de todo el tiempo del mundo en el pocket y ser incapaz de encontrar un receptor abierto.

Realmente, los síntomas de New England son muy similares a los de Green Bay. Les falta un juego de carrera suficientemente sólido como para asustar a las defensas, que pueden pararlo sin acumular jugadores en la línea. Con las bajas de Gronkowski y Edelman, como le sucede a Rodgers con Nelson, Brady solo tiene un receptor con el que se encuentra a gusto: Amendola. Los Eagles lo tuvieron toda la noche en doble cobertura y Brady, simplemente, no tenía a quién lanzar.

Sin embargo, los Eagles siguen siendo un equipo con muy poquitas armas, y los Patriots se adelantaron 14-0 casi sin despeinarse. Un pase profundo a Chandler abrió la puerta para que James White adelantara a los locales. Una interferencia defensiva de 42 yardas y dos conexiones con Amendola, la última en la end zone, ampliaron la diferencia. El paseo militar estaba servido.

Pero a partir de ese instante desaparecieron los Patriots y se reconvirtieron en lo que suelen ser los Giants cada domingo. Esa casa de locos en la que si algo se puede hacer mal, se consigue hacer peor.

En la primera serie de los Eagles después del 14-0, movieron el balón con facilidad con un Bradford más inspirado de lo normal y Zach Ertz terminó anotando tras un pase de 5 yardas. Tras el 14-7, el ataque de New England empezó a manifestar todos los síntomas de colapso ofensivo en modo febril. Un minuto y 13 segundos antes del descanso, Tom Brady inició una serie en su propia yarda 13 para intentar una anotación antes de irse al vestuario. La experiencia de años nos decía que al menos conseguirían un field goal, como suele ser habitual. Sin embargo, no solo tuvieron que despejar tras conseguir un triste y solitario primer down, sino que el punt fue bloqueado y devuelto para touchdown por Goode. El marcador llegaba al medio tiempo empatado a 14.

¿Cuál es el equipo que mejor ajusta en el descanso de toda la NFL? Efectivamente, hasta ahora eran los Patriots, pero como en el cuento de Blancanieves, el espejito debió de decirles que ya no eran los más bonitos después de que en la primera serie solo consiguieran avanzar 20 yardas a duras penas. En su segundo drive, cuando parecía que volvían a recuperar la iniciativa, Brady fuera interceptado en la end zone contraria tras el enésimo intento imposible de pase a un Amendola rodeado de defensas. Jenkins corría 100 yardas, ponía el marcador 14-21 y en las imágenes aéreas se veía la grada paralizada y en riguroso luto.

El tercer despropósito, convertido en puntilla, llegó tras el punt de la siguiente serie de los Patriots, que una vez más solo consiguió avanzar 17 yardas después de muchos sufrimiento. La patada era atrapada por Sproles, que la retornaba para un touchdown de 83 yardas.

14-28 en el marcador y muchos espectadores empezaban a abandonar el estadio, lo que se convirtió en riada después de que Brady volviera a ser interceptado en la end zone rival cuando intentaba conectar con LaFell a la desesperada. Una jugada antes, Amendola había lanzado un pase a Brady (sí, habéis leído bien) para que el quarterback ganara 36 yardas, una genialidad que al final no tuvo premio. Tras recuperar el balón, los Eagles se atravesaron el campo tranquilamente para que Bradford conectara con Jordan Matthews un pase de 10 yardas para touchdown y el resultado quedara con un inalcanzable 14-35.

Quedaban 11 minutos y los Patriots, con el mismo espíritu ganador que siempre pese a su nefasto partido, se lanzaron al ataque sin mirar atrás. Scott Chadler anotó un touchdown de 14 yardas (21-35), New England recuperó el onside kick, Brady sacó adelante un cuarto down a la desesperada y terminó entrando en la end zone con un quarterback sneak (28-35)... Los Patriots estaban a una anotación en el marcador, tenían dos tiempos muertos, y quedaban tres minutos exactos.

El segundo intento de onside kick no le salió tan bien a Belichick y, cuando más presionado estaba, Bradford consiguió salvar un tercer down y once yardas a falta de 2:49. Los Patriots ya no tenían tiempos muertos. El partido volvía a parecer finiquitado, pero estos tipos son peligrosos hasta después de muertos. Kenjon Barner sufrió un fumble en el tercer down que debía dar por concluido el choque y le devolvió el balón a Brady con un minuto y dos segundos en el reloj. En esos instantes finales, el quarterback volvió a echar de menos a Edelman y Gronkowski, como le había sucedido durante todo el partido. Un incompleto en cuatro down en su propio campo y a falta de 26 segundos frustró la remontada imposible.

Los Patriots volvieron a demostrar que nunca se les puede dar por muertos, pero tantos errores en un partido son demasiado incluso para ellos.