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OAKLAND RAIDERS 20 - KANSAS CITY CHIEFS 34

Los sobrios Chiefs enseñan el camino a los jóvenes Raiders

El equipo de Kansas City se repone en el último cuarto merced a no perder la compostura, justo lo contrario que le pasó a los de Oakland.

Alex Smith anotó un TD de carrera en la victoria de los Chiefs sobre los Raiders.
Kelley L CoxUSA Today Sports

Durante tres cuartos largos de este partido entre los Oakland Raiders y los Kansas City Chiefs quedó claro que el nivel entre ambos rivales de división, que se tienen que ver las caras dos veces al año, está lo suficientemente igualado como para que haya una pelea justa. Sin embargo, en el último cuarto quedó igual de claro que hay una característica que define a los Chiefs y que no tienen los Raiders: la sobriedad, el saber que hay que hacer cosas diferentes en diferentes momentos del partido.

Eso es lo que dejó el marcador en el 34 a 20 final a favor de los de Kansas City. Al entrar en el periodo definitivo los de Oakland ganaban 20 a 14. Su público estaba entusiasmado y metido hasta las trancas en el choque. Habían sido ligeramente mejores y todo apuntaba a que podían rematar a sus enemigos e igualarles en el récord de cara a los últimos cuatro partidos de pelea a cara de perro por los playoffs.

Pero la juventud y el talento, que les había llevado hasta ese punto, iba a ser su tumba. 

Derek Carr es un jugador magnífico. Y pinta a que va a ser algo aún más grande en el futuro. A poco que su desarrollo sea lógico, que aprenda los mecanismos del oficio además de mantener (o mejorar) sus condiciones físicas y mentales, será un fuera de serie. Durante todo el encuentro, como ha hecho varias veces este año, vivió por encima de la línea ofensiva que tenía delante. Presionado por el buen pass rush de los Chiefs (¿buen? ¡gran!) fue capaz de sacar chispazos de genialidad para que hasta una decena de sus receptores vieran llegar el balón a sus brazos.

Pero con el marcador a favor cometió uno de esos errores de dejará de cometer en no mucho tiempo. Rodeado de los jugadores de la línea defensiva, viendo rojo por todos lados, forzó en exceso la jugada. No quiso aceptar el sack. No quiso irse al suelo. No quiso dar el down por finalizado. Y el balón, después de varios golpes, acabó en las manos de Mauga que, entre sorprendido y excitado, lo retornó hasta la yarda dos. Dos jugadas después, TD de Jeremy Maclin.

Cairo Santos, como antes había hecho Janikowski, falló un field goal de cortesía y todo quedó igualado. Balón de nuevo para Derek Carr que... bueno, decidió jugar a la ruleta rusa de pasar siempre y en todo momento, en profundo a poder ser, con el riesgo que eso tiene. Uno de esos pases acabó en Marcus Peters, el sensacional CB rookie de los Chiefs, lo que llevó a un nuevo TD, también de Maclin.

Olvidada por completo la carrera, a pesar de que el partido aún estaba en distancia de ser ganado, los Raiders volvieron a jugar a todo o nada. Nada, otra vez. En este caso fue Tyvon Branch, viejo amigo de los de negro y plata, pues jugó para ellos, el que recuperó la posesión para Kansas City.

Tres intercepciones en el tercer cuarto. Tres de pura ansiedad, de querer ganar en cada pase, de ser los más grandes y épicos. Tres errores, pues, de pura juventud.

Justo lo contrario que los Chiefs, que piano, piano, sin ponerse nerviosos en ningún momento, centrados en su plan y en su ejecución, fueron dejando que el partido acabase, por pura gravedad y sobriedad, llegando a su orilla mansamente. Y eso que lo pasaron mal, ellos también, con el pass rush de los Raiders. Lo que no hizo Alex Smith fue forzar la máquina ni tratar de lograr imposibles. No, ese no es el juego de este equipo.

Y por eso, quizás con algo menos de talento que sus vecinos de división, están colocados en puestos de playoff. Los Raiders llegarán, muy probablemente. Se les pasará el acné y también serán serios y tranquilos cuando haya que serlo. Pero ese momento no es ahora.