Carolina Panthers 44 – Washington Redskins 16
Festín de Cam Newton a costa de unos Redskins inofensivos
El quarterback de Carolina lanzó cuatro pases de touchdown en la primera mitad, su récord personal, para que los Panthers usaran a los Redskins como sparring.
La defensa de Carolina impuso su ley desde el primer momento. Kurt Coleman interceptó a Cousins en la primera serie ofensiva de los Redskins. Newton conectó con Jonathan Stewart de inmediato y adelantó a su equipo 7-0.
Podemos discutir sobre la calidad de estos Redskins, que una semana dan la de cal y la siguiente la de arena, pero no se puede negar su capacidad para conseguir grandes jugadas puntuales. Los aficionados de Carolina todavía estaban celebrando la primera anotación de su equipo cuando Cousins conectó con DeSean Jackson un pase estratosférico de 71 yardas para empatar el marcador 7-7.
Algo similar sucedió en las dos siguientes series. Los Panthers atravesaron con paciencia el campo de lado a lado, alternando muy bien pase y carrera y desesperando a la defensa de Washington, incapaz de encontrar soluciones para el despliegue de sus rivales. Tolbert culminó el trabajo con un touchdown de pase de tres yardas (14-7), pero en el retorno de kickoff Andre Roberts atravesó el campo para empatar 14-14 con un retorno de 99 yardas.
Hasta ese momento los Panthers habían puesto casi todo el juego y sus rivales habían sobrevivido a base de latigazos, pero ya era evidente que antes o después los locales romperían el partido frente a unos Redskins que desde el primer momento estaban haciendo la goma y eran incapaces de asentar su juego ofensivo con un mínimo de acierto.
Entonces llegó la jugada polémica que pudo marcar el partido y que seguramente será motivo de discusión esta semana: Newton conectaba con Olsen, que perdía el balón tras ser golpeado por Chris Culliver. No fue un choque de casco contra casco, ni de lejos, pero el tight end sufrió un golpe en la cabeza al impactar con el hombro del cornerback, que recuperó el balón suelto en el aire y lo devolvió para un touchdown de 75 yardas. La anotación fue anulada por los árbitros por una presunta violencia innecesaria que nunca existió. A Culliver le sancionaron simplemente por placar, algo que todos nos tememos que terminará por estar prohibido, y que cada vez está peor visto; pero si la NFL no quiere ver golpes, es mejor que instaure el uso de pañuelos de flag en la cintura de los jugadores en vez de desconcertar a los espectadores, que ya no sabemos a lo que atenernos con castigos cada vez más complicados de justificar.
Como la NFL refrende esta semana la decisión tomada por los cebras en el partido, simplemente abrirá una nueva era en la que los placajes estarán prohibidos a discreción arbitral.
Esa jugada significó el punto y final del partido. Poco después Newton conectaba con Ted Ginn para volver a adelantar a Carolina 21-14. Esta vez los Redskins no se sacaron otro big play de la manga, sino un fumble de Matt Jones que Newton convertía en el 28-14 con un lanzamiento a Olsen. Y cuando el ataque visitante luchaba con uñas y dientes para acortar diferencias antes del descanso, un fumble de Cousins tras un sack cortocircuitaba definitivamente a los Redskins, que en toda la primera mitad solo sumaron 3 tristes yardas de carrera.
Los Panthers todavía tuvieron tiempo para anotar un field goal y se fueron al descanso con una cómoda ventaja de 31-14 después de que Newton hubiera lanzado pases a ocho receptores diferentes y cuatro touchdowns.
Si visto lo visto el partido no estaba todavía decidido, en la primera jugada ofensiva de los Redskins en la segunda mitad Cousins volvió a perder el balón tras otro sack y Newton conectó con Funchess para firmar su quinto pase de anotación del partido (38-14).
Solo había pasado un minuto de la segunda mitad, pero el encuentro estaba definitivamente terminado. Toda la segunda parte sobró y ambos equipos se limitaron a cumplir el expediente y dejar que el tiempo transcurriera lo más deprisa posible. Dos field goals más de los locales, y un safety regalado por Carolina a última hora, sirvieron para redondear el marcador en el 44-16 definitivo.
Los Redskins, tan irregulares como en toda la temporada, no hicieron prácticamente nada, ni en ataque ni en defensa, aparte de las dos jugadas de sus touchdowns. Los Panthers, cada vez más implacables, siguen creciendo para asustar más y más al resto de aspirantes al anillo. Ya no son solo una defensa infranqueable y un quarterback en racha. Ahora los receptores salen de debajo de las piedras y Jonathan Stewart está recuperando las sensaciones que le convirtieron en uno de los corredores más desequilibrantes en el tramo final de la temporada pasada.
Los Redskins fueron poco más que un sparring para unos Panthers fabricados para combatir en batallas más duras.