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AFC Sur desde dentro

Davon House es ejemplo de la inconsistencia de los Jaguars

Jacksonville juega mejor que lo que indican sus cuatro victorias pero su inconsistencia tiene un claro ejemplo en el cornerback llegado de los Packers.

Davon House celebra el triunfo de los Jaguars sobre los Tennessee Titans.
Stacy RevereAFP

Los Jaguars suman desde ayer cuatro victorias. No puede decirse que sea una cifra decepcionante, y en una AFC South que va camino de ser la peor de la historia, es suficiente para dejarles todavía con serias opciones de quitarle el banderín a los Colts. Pero sí es frustrante: sin los apagones mentales que frecuentemente sufre el equipo, los de Jacksonville ya tendrían media plaza de playoff en el bolsillo.

No hay un solo jugador que se libre de la irregularidad. Pero si hay uno que lo ejemplifique a la perfección, ese es Davon House. Cornerback, elegido por los Green Bay Packers en 2011 y especialista en situaciones de press man-to-man coverage: defensa individual y pegajosa a los receptores rivales. A sus 26 años, Gus Bradley se lo trajo a Jacksonville con la esperanza de convertirlo en uno de los puntales de su joven secundaria.

A ratos lo es. Su principio de temporada fue esperanzador y aunque le faltaron las estadísticas llamativas, es decir, las intercepciones, se plantó en los 15 pases defendidos en apenas seis partidos. Pero a ratos algún interruptor se apaga y por su flanco del ataque llegaron algunas de esas remontadas que han traído de cabeza a los aficionados de los Jaguars. Hasta el punto de que después de la derrota contra Houston, un Bradley tan desesperado como los seguidores decidió quitarle del equipo titular.

Cobertura de pase de Davon House (número 1).
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Cobertura de pase de Davon House (número 1).

El pasado domingo volvió al equipo titular. Llegaron las intercepciones y nuevas evidencias que dan la razón a Bradley cuando decidió su fichaje. House es un buen cornerback, con buenos instintos para reconocer jugadas y anticipar las rutas de los receptores. Y aunque su especialidad sigue siendo la defensa individual, poco a poco va mejorando su coordinación con los safeties. La secuencia que sigue, en el segundo drive del ataque de Baltimore, y que bien podría haber acabado con la que habría sido su tercera intercepción, es un ejemplo perfecto de ello.

House identifica a su receptor, anticipa bien su ruta, se pega a sus pasos y, intuyendo que el safety iniciará una diagonal para cubrir el hombro interior del receiver de Baltimore, Kamar Aiken, se mantiene cubriendo el hombro exterior. Ese punto en el que colocar el pase es más complicado, pero que generalmente garantiza una recepción segura. Es más: House no cae en el señuelo que le lanza Aiken, una ligera finta insinuando un cambio de dirección. El resultado es que acaba ganando la posición y sólo un fallo con las manos le impide terminar la jugada con la intercepción.

Defensa de libro, incluso si el final no es perfecto. En un equipo en crecimiento, pero al que no le sobran buenos jugadores, ¿cómo es posible que Bradley sentase a este chico en el banquillo? Si alguien se hacía esa pregunta después de esta jugada, y todavía más después de sus dos intercepciones, la respuesta llegaría más adelante.

Último cuarto, los Jaguars defendiendo una ventaja mínima y Flacco acelerando el ataque. House vuelve a enfrentarse a una jugada casi idéntica a la anterior. House sólo tendría que haber identificado la misma ruta que ya había defendido con éxito en varias ocasiones, y de hecho lo hace, porque se pega al receptor. El safety también lee bien la jugada, y como en el primer cuarto inicia la diagonal para cortar la progresión de Jeremy Butler. El cornerback ya sabe lo que hacer: mantenerse sobre el hombro exterior y cerrar la única oportunidad de pase de Flacco.

Cobertura de pase de Davon House (número 2)
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Cobertura de pase de Davon House (número 2)

Esta vez, sin embargo, House se despista, cede el exterior del campo y no sólo es que Flacco le supere: es que el pase le pilla completamente girado hacia el otro lado del campo. No puede ver la recepción, le coge de espaldas. El drive acabó en touchdown.

Sólo hay un motivo que explique que un cornerback que ha demostrado ser capaz de reconocer y cubrir una jugada así se vea sorprendido, en un mismo partido, por exactamente el mismo esquema: la falta de concentración. La misma que acogota a los Jaguars cada vez que un partido se les pone de cara, y que aterroriza a sus fans siempre que piensan que, esta vez sí, la suerte va a sonreírles y darles un empujoncito en una carrera inesperada hacia los playoffs.