Historias de cuando la oportunidad toca la puerta
Las lesiones tienen a Pittsburgh e Indianápolis obligan a usar a QB’s suplentes y en situaciones así se han escrito capítulos de gloria en la NFL.
¿Qué tan importante es contar con un quarterback suplente de calidad, talentoso y capaz?
Pregúntenle a los Delfines de Miami de 1972, que completaron la que aún se mantiene como la única temporada perfecta en la historia de la NFL, pese a no contar por varias semanas con su quarterback titular.
En la campaña de 2015, ninguno de los tres equipos que marchan invictos –Nueva Inglaterra, Cincinnati y Carolina—se han visto en la necesidad de recurrir a su pasador de segundo equipo, pero contendientes a Playoffs como Pittsburgh e Indianápolis sí, y ambos por segunda ocasión en la campaña.
Los Acereros, por la nueva ausencia por lesión de Ben Roethlisberger (pie), mandan a Landry Jones al campo con la misión de mantener al equipo en la pelea franca por un lugar en Playoffs, mientras que los Potros harán lo propio en la Semana 11 –descansan en la 10—con Matt Hasselbeck, quien sustituirá a Andrew Luck (riñón).
Landry apenas da los primeros pasos en su carrera y Hasselbeck es un viejo lobo de mar que tiene una aparición en el Súper Tazón a cuestas y quien ya dio buenos dividendos en 2015 con dos victorias en sustitución de Luck.
A manera de reconcimiento, en la edición de esta semana de Jueves Retro recordamos a los más exitosos y confiables quarterback suplentes que, cuando fueron requeridos, mantuvieron el barco a flote y en algunos casos, se llenaron de gloria.
TOM BRADY
Inició su carrera en la NFL como suplente. Nadie sabía nada de Tom Brady a excepción de Bill Belichick, que algo vio en el enclenque pasador en el 2000 –ahora sabemos qué—que decidió reclutarlo en el Draft y darle oportunidad de demostrar que podía formar parte de un equipo de la NFL.
Seis apariciones en el Súper Tazón, cuatro títulos de la NFL y dos premios como el Jugador Más Valioso de la Liga más tarde, Brady es considerado uno de los mejores quarterbacks en la historia, distinción que se dio gracias a una decisión que, en su momento, se tomó con la idea de tenerlo en la banca por cualquier eventualidad.
EARL MORRALL
Bob Griese es el nombre que viene a la mente cuando se piensa en el quarterback de los Delfines invictos de 1972. Griese ganó el Súper Tazón VII y eso tatuó su imagen en el recuerdo colectivo.
Pero si hubo un responsable indiscutible de la máxima hazaña colectiva en la historia de la NFL es Earl Morrall, quien tuvo que salir al quite luego de que Griese sufrió la fractura de una pierna para ganar los últimos nueve juegos de la temporada regular, y dos más en Playoffs, para poner a Miami y a Griese a un paso de la gloria que eventualmente alcanzaron.
JEFF HOSTETLER
Una vez más, una lesión le dio a un suplente la oportunidad de trascender.
En 1990, Phil Simms sufrió una fractura en el pie que le dio a Jeff Hostetler la posibilidad de jugar como titular de tiempo completo tras cuatro temporadas y media de paciente espera.
Hostetler había iniciado un juego en 1988 y otro en 1989, ambos sin relevancia, pero en 1990, los Gigantes de Nueva York estaban inmersos en la carrera por el Súper Tazón y en Playoffs, con un importante triunfo en la Final de la NFC en San Francisco, cumplió con el objetivo.
Hostetler no sólo mantuvo a flote a los Gigantes sino que los llevó a ganar el título de la NFL para poner fin a uno de los capítulos más memorables en la historia del equipo y la Liga.
FRANK REICH
El regreso más grande en la historia de la NFL, aquél Juego de Comodines del 3 de enero de 1993 en el que los Bills de Búfalo perdían por 32 puntos en el tercer cuarto ante los Petroleros de Houston (hoy, Titanes de Tennessee) y terminaron por ganar 41-38 en tiempo extra, fue cortesía de Frank Reich.
Ese encuentro es prueba irrefutable de lo valioso que fue Reich para los Bills como suplente de Jim Kelly.
Aunque su marca como titular con los Bills fue de 5-5, Reich ganó partidos importantes en su momento para los Bills o concluyó la obra cuando Kelly los dejó ganados o cerca en el marcador, lo que deja una positiva percepción de su imagen.