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SERIES MUNDIALES

World Series Episodio III: Capitán América lidera la lucha

El tercera base de los Mets, alma y corazón del club, David Wright pone en marcha a su equipo de cara a conseguir un triunfo que necesitaban.

Actualizado a
David Wright despertó a lo grande en el tercer encuentro de las Series Mundiales que enfrenta a sus Mets contra los Royals.
Mike StobeAFP

Al otro lado del Atlántico, en un campo de béisbol muy lejano….

Sólo se veía el color azul y naranja en el metro y en las calles de Queens. Y aunque las calabazas de Halloween colaboraban en el colorido, la única razón era que las Series Mundiales llegaban a la ciudad. El Citi Field se vistió con sus mejores galas para acoger un partido que se antojaba trascendental. Los Mets necesitaban ganar porque nadie en la historia ha remontado un 3-0 en el clásico de otoño.

La puesta en escena de los Metropolitanos fue toda una declaración de intenciones. Con Escobar en el cajón de bateadores, Syndergaard lanzó una bola que parecía un misil tierra-aire a la cabeza del venezolano. El shotstop de los Royals tuvo que tumbarse para evitar el impacto y la acción provocó que el público subiera la presión de la olla que era el estadio.

Pero es necesario algo más que un lanzamiento para asustar a estos Royals y en las dos primeras entradas anotaron tres carreras. Cuando estaba a punto de decretarse la alerta amarilla, emergió la figura de David Wright, el gran capitán mi capitán, bateando una bola hasta la grada. Cuatro de las nueve carreras fueron impulsadas por el tercera base neoyorquino dejando claro que él ha llegado a las Series Mundiales para pelear por el anillo hasta la extenuación.

Y no sólo de la voluntad de los jugadores depende el resultado, cuando Grandenson impactó con el bate, la Estatua de la Libertad sopló para que la bola llegará a la grada y los Mets se pusieran definitivamente por delante.

En la parte alta de la sexta entrada, con más de cien lanzamientos en el brazo de Syndergaard, los Royals lograron llenar las bases con dos eliminados y con Ríos en el cajón dispuesto a lograr un gran slam. El pitcher se anudó la capa roja del dios nórdico Thor y solventó la situación sin ceder una carrera. En la parte baja de la misma entrada, se produjo el verdadero punto de inflexión con cuatro carreras anotadas por los locales finiquitando el encuentro.

Cambiaron las Series Mundiales de escenario pero el resultado ha sido el mismo, victoria del equipo local. Los aficionados de los Mets saben que verán otros dos partidos en su feudo y con David Wright liderando la resistencia neoyorkina para intentar viajar de nuevo a Kansas.

Los aficionados neoyorquinos miran a su pasado y ven que la diferencia de los tres partidos es la misma que se produjo en 1986 cuando fueron campeones en siete partidos. Pero los Royals también tienen a que aferrarse y esta temporada se cumplen treinta años de su único entorchado.

La cuarta batalla está servida. Chris Young, abridor de los Reales tratará de conseguir su segunda victoria de la serie mientras que Wright arengará a sus tropas, y en especial a Steven Matz, para igualar la final.

Pero no todo son buenas noticias, el mismo día que disfrutamos del tercer partido se anunció el cierre del formidable Grantland, noticia que ha merecido hasta un obituario en el Washington Post. Echaremos de menos sus acertados análisis.