Maratón de Nueva York: 5 héroes anónimos y populares
De Raymon Choy, coleccionista de accidentes, a Tatyana McFalden, con espina bífida, rusa adoptada por estadounidenses, que compite en silla de ruedas.
La maratón de Nueva York, como todas las grandes carreras de 42.195 metros, mezclan la élite con la masa, buscan registros de ensueño y también batir récords de participación, más de 50.000 en el caso de Nueva York. Las maratones son una de las manifestaciones deportivas más democráticas: la aristocracia al lado de la plebe, con el máximo respeto para esta última categoría de atletas.
Y entre esos miles y miles de personas que toman las calles de los cinco barrios de Nueva York (State Island, Queens, Brooklyn, Queens y Mahattan), hay muchas que tienen una bella o dramática historia detrás.
Raymond Choy, de accidente en accidente
Tiene 64 años y en 1993 se rompió una pierna en un accidente mientras trabajaba en la construcción. Estuvo 57 días en un hospital y padeció siete operaciones. Fue declarado discapacitado permanente para trabajar. Durante ese tiempo en la clínica decidió dejar de fumar, tratarse para rebajar su hipertensión y su colesterol, que estaba en grado peligroso, estudiar (se graduó como radiólogo y en eso ejerce)… y se planteó empezar a correr. Debutó en el maratón de Nueva York 1997 y consiguió terminar. Desde entonces corre siempre.
Ni siquiera otros contratiempos físicos le han hecho abandonar. En marzo de 2011 fue atropellado por un tractor-trailer cuando él se desplazaba en bicicleta desde Queens, donde vive, hasta Manhattan, donde trabaja. Resultado: fracturas en la mano izquierda, en un pie, en una rodilla, en un tobillo, en una muñeca y distensiones diversas en los ligamentos. Ocho meses después corrió de nuevo en Nueva York y terminó en un tiempo de 4h 45:21.
En abril de este año fue intervenido con una artroscopia en una rodilla, pero está listo para competir el domingo en la Ciudad de los Rascacielos.
Tatyana McFadden, la rusa adoptada con espina bífida
Nació en Rusia y sus padres la internaron en un orfanato al comprobar que tenía espina bífida. Allí estuvo seis años hasta que fue adoptada por un matrimonio estadounidense. Tiene 26 años y se desplaza en silla de ruedas, pero lo hace a la perfección: once medallas paralímpicas, clasificada para los próximos Juegos de Río, tres victorias en la Maratón de Nueva York y otras en las carreras de Boston, Londres y Chicago. Recibió el premio Wilma Rudolph, en honor a la velocista estadounidense, campeona olímpica en 100, 200 y 4x100 metros en los Juegos de Roma 1960, que sufrió polio en su infancia. Escribe libros para niños.
Vicki Donofrio trabaja con chicos deficientes
Se animó a correr la primera Maratón de Nueva York en 1995, cinco años después de comenzar a trabajar como maestra de Educación Especial Infantil. Se dio cuenta de que el deporte podía ayudar a los niños. Tiene 49 años y hará la undécima maratón este domingo. “Me gusta ver los diferentes barrios y la distinta gente que corre”, que proviene de todo el mundo. Este año lo hará con dos compañeros de la PS 811 en Cambria Heights (Queens), un profesor y una nurse.
Trabaja con niños con serias dificultades físicas, emocionales y mentales, pero que les gusta andar, correr y escuchar canciones y les ilusionan las medallas y los diplomas que reciben.
Kathy Hobart y el Parkinson de su marido
¡Una mujer que corría su vigésimo maratón con 91 años! Kathy Hobart vio por televisión el reportaje previo a la Maratón de Nueva York de 2014 y se dijo que “si ella es capaz de hacerlo, con esa edad, yo también”. Aunque tiene 64 años. En todo caso llevaba corriendo bastante tiempo, pero nunca más de 15 kilómetros seguidos.
Es profesora jubilada de la Universidad de Columbia y la enfermedad de su marido, Jim, ha sido un acicate para seguir en la carrera. Tiene Parkinson, detectado en octubre de 2013. Ambos colaboran con la Fundación Michael J. Fox (actuó en ‘Regreso al Futuro’, entre otras películas), aquejado de ese mismo mal. Han recaudado 10.000 dólares para investigar sobre la enfermedad.
Luis Muñoz, un comercial que quería perder peso
“Nacido y residente en Nueva York, cómo no voy a correr por mi ciudad”. Sin embargo, esperó mucho para hacerlo, porque sólo se Ha embarcado en la aventura este próximo domingo, a los 52 años. Ha llegado tarde a la carrera, y no sólo a la Gran Manzana. Decidió hacer ejercicio hace tres años, para perder peso (estaba rellenito) y para demostrarse “que no era mayor para hacer algo que me parecía imposible”.
Trabaja como comercial y cuando decidió dar sus primeras zancadas con las zapatillas de deporte no consiguió dar la vuelta a su manzana. No se desanimó y este domingo está listo para enfrentarse las 26,2 millas o a los 42.195 metros, tanto monta. Se entrena con recomendaciones on line de NYRR Virtual Training Program y chatea con otros usuarios para intercambiar experiencias.
Su sueño es saludar a Med Keflezighi, estadounidense de origen eritreo, que correrá este domingo por las calles de la Ciudad de los Rascacielos. “Le vi ganar la Maratón de Boston y me emocioné. Grité como un niño orgulloso cuando le vi llegar primero a la meta,”.
A propósito de niños, dice que también corre para competir con su hijo de cuatro años, que está en un programa de carreras escolares. “Le encanta enseñarme las medallas que gana, así que ahora puedo enseñarle yo la que me den en la maratón cuando termine este domingo en Nueva York”, dice.
Maratón. Mucho más que una carrera de élite. Incluso mucho más que una carrera.