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BOXEO

Jero: "Los valores del boxeo sirven para 'Hermano Mayor"

Jero García (Madrid, 1970) es el nuevo Hermano Mayor, en Cuatro. El exboxeador, entrenador y colaborador de AS ayudará a jóvenes.

Jero García: en el boxeo y en la televisión.
MEDIASET

—¿Cuando le llamaron para ser el nuevo coach de Hermano Mayor, qué dijo?

—Cuando me llamó Plural (la productora) fue un orgullo enorme, porque además yo ya era seguidor del programa y lo veía siempre. Mi familia lo tenía claro: “No puede haber otro nuevo Hermano Mayor que tú”, me dijeron.

—¿Qué va a aportar de nuevo a este programa?

—Es una forma de continuar lo que llevo haciendo más de 15 años con chicos en el gimnasio, en la Fundación en la que trabajo. Por mis manos han pasado más de 500 críos. Y sólo quiero ayudar. Quiero que sepan que podemos enseñarles a cambiar, a mejorar, aunque luego los que deben actuar son ellos, ellos solos.

—Trabaja con usted un equipo de psicólogos...

—Hermano Mayor no es sólo Jero García. Mi trabajo es imposible sin el equipo, y esta palabra es muy importante para mí. Lo aprendí con el boxeo: el boxeo integra. Cuando entras en un gimnasio, sabes que has pasado a formar parte de una familia. Y eso nos lo dicen las personas con las que rodamos, que somos una familia: desde el ayudante de producción al director, desde los guionistas y, por supuesto, el gabinete psicológico que tenemos.

—¿Qué paralelismo hay entre entrenar a boxeadores y trabajar con estos chicos?
—Siempre los hay entre el deporte, el boxeo y la vida. Fíjate en las palabras que usamos: sacrificio, esfuerzo, motivación, trabajo... sirven para el deporte, pero también para cada caso que estamos tratando.

—¿Es la televisión un buen lugar para ayudar a los demás?
—La televisión es una ventana al mundo, una forma más fácil de mostrar cómo podemos hacer algo por estos chavales. Espero que sea una terapia no sólo para estos casos en cuestión, sino para cualquier otra familia que pueda vernos desde el sofá.

—¿Qué aprende con estas duras historias?
—Aprendo todo. Igual que lo que hacemos en la Fundación de Ayuda a la Integración, aprendo que el esfuerzo es recompensado, que puedes enseñar a otros que hay una puerta de salida a los problemas, y que esa puerta puede abrirse. Aprendo que en esta sociedad llena de problemas, no podemos perder la esperanza. El día que deje de aprender, dejaré de enseñar.

—A veces se duda sobre la veracidad de la telerrealidad... ¿la realidad, pues, supera la ficción?

—Yo en esta vida ya no me sorprendo de nada. Y cada caso hay que tratarlo uno a uno. Sin generalizar. Pero estoy viviendo cosas que jamás antes he vivido.

—¿Ha llorado rodando alguno de los programas?

—(Risas) Me he emocionado, mucho... aunque tenga esta cara de tipo duro. Es imposible no implicarse. Tras el rodaje seguimos en contacto con las familias. Y vuelve a ser imprescindible la labor del gabinete de psicólogos del programa.

—¿Son duros los rodajes?

—Todo rodaje es duro, lo sé porque he trabajado tras las cámaras entrenando a muchos actores, pero las emociones son tan brutales que todo esfuerzo merece la pena. Poder ayudar a alguien es la recompensa.