Werdum: "Me imagino luchando en el Palacio de Deportes"
El campeón de los pesados de la UFC nació en Brasil. Pero vivió ocho años en Madrid y tiene pasaporte español. La liga de MMA quiere desembarcar aquí.
Tiene las manos grandes y nervudas, como cazos, de judoca. Las orejas de coliflor de un jugador de rugby. 1,93 metros propios de un power-forward de la NBA. Más de 100 kilos de músculo dignos de un boxeador y la agilidad de un maestro de jiu-jitsu brasileño, del que es especialista, para trenzar llaves. Es Fabricio Werdum, actual campeón del peso pesado de la UFC, la competición de MMA (Artes Marciales Mixtas) más importante del mundo. Un guerrero completo que paseó este jueves por Madrid su cinturón de campeón mundial. Lo conquistó en México ante Caín Velásquez el pasado 13 de junio. Nació en Porto Alegre (Brasil) y vive en Los Ángeles (EE UU), pero dispone también de pasaporte español.
“Pasé ocho años aquí, de los 21 a los 29, y mi madre sigue viviendo en Madrid. Es mi fan número uno y ha conseguido que todo el barrio me conozca. Desde los puestos del mercado hasta la vendedora de la ONCE”, relata con gracia.
CON SU CINTURÓN POR MADRID
“Cuando comencé a pelear en MMA, todavía residía en España. Hice judo, en el gimnasio del Vicente Calderón con el maestro Carlos Sotillo, y entrenaba con internacionales como Ernesto Pérez Lobo (plata olímpica en Atlanta 96). Luego gente como José Valenciano abrió las puertas de su gimnasio de boxeo al jiu-jitsu y la capoeira. Siempre les estaré agradecido”, recuerda.
A Werdum, que tiene ahora 38 años y un récord de 20-5-1, la UFC le ha solucionado la vida. “Se vive muy bien y se gana dinero, aunque no como en el boxeo”. Algo en lo que no podía pensar cuando alternaba pequeños trabajos en Madrid. “Me apunté a una empresa de trabajo temporal. Hice de albañil, de ayudante en la Plaza de Las Ventas, en el montaje de decorados de Antena 3. Un día les dije a mis compañeros que volvería a ese plató, pero me reconocerían. ¡Y se reían!”.
Tras derrotar a Caín su fama y sus compromisos se han disparado. Poco tiempo para dar vueltas por Madrid. “Pero sí que pasé el otro día por delante del Palacio de Deportes y pude imaginarme peleando ahí un día. Es muy bonito. Me gustaría”, aventura. Y es que su viaje tiene también una parte de globo sonda. UFC Networks, un canal temático, mantiene negociaciones para entrar en alguna plataforma de pago en España, donde su Facebook tiene 80.000 fans y se han registrado seis millones de visualizaciones en Youtube.
“Queremos saber si la UFC puede aterrizar. Ya tenemos buenos representantes como Wasabi, que entrena conmigo en Los Ángeles”, apunta sobre Enrique Marín, un sevillano que participa en Ultimate Fighter, un Gran Hermano de la UFC.
El MMA es crudo. “Mi mujer se inventa excusas para no verlo”, reconoce Werdum, padre de dos niñas. “Pero la gente debe saber que es un deporte de contacto. Estoy preparado y quiero estar ahí, por eso entreno ocho horas al día. Y cuando peleas, puedes parar cuando quieras. La violencia está en los que quieren hacer mal en las calles. Esto es un deporte serio. Nos someten a exámenes neurológicos, de articulaciones, de vista, pruebas de SIDA...”, rebate.
La UFC pega fortísimo en EE UU (donde alguna velada ha alcanzado los 1,6 millones de compras en PPV) Brasil y Latinoamérica. “Hace poco, en un evento en Las Vegas, se me acercó Mike Tyson para decirme que me seguía. ¡No me lo podía creer!”, exclama el hispanobrasileño. El guerrero que salió de Madrid.