Kansas City destroza a Toronto y se pone 3-1 en la serie
El ataque de los Royals destroza a los lanzadores de los Blue Jays en una impresionante demostración y se sitúan al borde de la Serie Mundial.
En la Major League Baseball hay un gran dicho: "El impulso no es sino lo que hace tu pitcher titular al día siguiente". Después de ver al mejor ataque de las Grandes Ligas flexionar al fin los músculos para sumar su primer tirunfo en la eliminatoria, los seguidores de los Blue Jays se veían muy felices de cara al cuarto partido y esperanzados con empatar la serie.
La mala noticia es que el partido acabó nada más empezar y los protagonistas no fueron los del día anterior.
Kansas City Royals asaltó a R.A. Dickey nada más iniciarse el encuentro y nunca tuvieron que echar la vista atrás, salvo por un par de momentos que pudieron poner en entredicho su excelente triunfo en el Rogers Centre por 14-2 y que les sitúan al borde la clasificación para la Serie Mundial por segundo año consecutivo.
En un duelo que tenía como protagonistas al citado Dickey (40) y su antiguo compañero en dos etapas distintas en la MLB, Chris Young (36), nunca fue tal y más por ineficacia del diestro de Toronto, que había cosechado una segunda mitad de año extraordinaria (8-1, 2.80) y especialmente en casa (6-0, 1.94) desde el All-Star.
Su "knuckleball" nunca bailó lo suficiente para engatusar a los agresivos y compactos swings de los Royals que ya ganaban 2-0 tras actuar los dos primeros bateadores del partido gracias al home run de Ben Zobrist y un Alcides Escobar en estado de gracia. Ese fulgurante inicio tuvo continuidad con un excelente turno de bateo que tiene capacidad para hacer contacto, que no deja pasar los strikes y que aprovecha todas sus opciones.
La salida de Dickey fue tan desastrosa que tuvo que abandonar el partido con el marcador 5-0 a favor de los Royals y sin haber completado siquiera la segunda entrada, logrando sólo cinco swings y fallos en sus 48 lanzamientos.
Por su parte, Chris Young se benefició de su privilegiada estatura (2.08) para ser un enigma para Toronto en los primeros compases del choque y aunque la novena canadiense amenazó al fin en la tercera, anotando un par de carreras, pero nunca con la carrera del empate en el home plate, la gestión del partido fue impecable por parte de Ned Yost.
Criticado en muchas ocasiones por su tardanza a la hora de dar el relevo, a Yost nunca le tembló la mano para sacar del enfrentamiento a Young con dos outs en la quinta, a pesar del 5-2, porque el objetivo era conseguir la victoria en el cuarto enfrentamiento de la serie, no que computara en el casillero de Young. Estos son los playoffs y los sentimentalismos son para otro momento.
A pesar del sobresaliente relevo de Liam Hendricks, que secó a Kansas City hasta completar la sexta entrada, el bullpen de Toronto volvió a demostrar que no está al mismo nivel que el de Royals, sobre todo en términos de profundidad y los relevos de LaTroy Hawkins y Kevin Tepera fueron tan flojos que se pasó de un todavía esperanzador 5-2 al 12-2.
El guión se había cambiado. El dinámico ataque y la constante presión ejercida por la ofensiva en la serie no tenía asociado el nombre de Toronto Blue Jays. No, era el de los Kansas City Royals que ha mejorado y mucho la plantilla que les llevó hasta el séptimo partido de la Serie Mundiale.
Tan extraño fue este cuarto partido que hasta un jugador de posición como Cliff Pennington llegó a actuar como pitcher para no quemar más naves de cara a un decisivo quinto partido.
Con el 3-1 en la eliminatoria, los recuerdos nos devuelven a la Serie de Campeonato de 1985 entre estos dos equipos. En aquella ocasión, Kansas City fue capaz de darle la vuelta a la serie. Ahora será Toronto quien tenga que poner manos a la obra y tratar de hacer la remontada.
El quinto encuentro enfrentará al mexicano Marco Estrada, para los Blue Jays de Toronto, con Edinson Volquez, por los Royals.