Nueva Zelanda clama por su venganza ante Francia

Uno de los mayores partidos de la historia del rugby se jugó hace 8 años y 11 días en el Millenium. Se disputaban los cuartos de final del Mundial de 2007 y el Gallo, tras perder el choque inaugural ante los Pumas, debía purgar tal deshonra en el infierno de Cardiff. Allí esperaba el terrible combinado de los All Blacks. Las portadas francesas dibujaban un gigantesco monstruo de color negro para ilustrar el pánico francés. Medirse a esa Nueva Zelanda era como ir desarmado al matadero.

Francia, a la que siempre le ha ido la marcha, firmó una de las victorias más especiales (18-20). El trasfondo afectó incluso a casas comerciales, se decía que Nike había oscurecido la camiseta gala para obligar a Nueva Zelanda a dejar las negras de Adidas en la maleta. Ya durante la haka, los jugadores franceses llegaron cara a cara con su rival, formando la bandera tricolor: “No jugáis contra 15 sino contra toda una nación. Es nuestro Mundial”.

Lo que ocurrió en el partido fue aún más impactante. Llegó a ir ganando Nueva Zelanda por 13-0 en la primera mitad. Todo según lo previsto. La segunda arrancó con 13-3 y entonces los ensayos de Dusautoir primero y Jauzion después dieron la vuelta a un partido que acabó con infinidad de fases neozelandesas. Se sabían más fuertes, miraban el reloj, Francia resistía y cuando se vinieron a dar cuenta, los grandes favoritos a ganar el Mundial estaban fuera. “Un mal día en la oficina” resumió McCaw.

Un clásico. Francia siempre fue un rival incómodo para los All Blacks (que hoy sí jugarán de negro). Nueva Zelanda sufrió para ganar la final del último Mundial (8-7) ante el Gallo pese a su teórica superioridad. Tampoco se olvida la semifinal de 1999, cuando Francia sorprendió a Lomu y sus compañeros en otro duelo mágico (43-31 tras levantar un 10-24). Para este 2015 se espera la sangre que no se derramó en los tres partidos anteriores. Hansen saca todo lo que tiene. Y Francia todo su orgullo.