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SERIES MUNDIALES

Cuatro “adorables perdedores” en busca del Destino en la MLB

El Destino les debe una a los equipos restantes en los playoffs a la hora de acabar con sus particulares "maldiciones" en el béisbol norteamericano.

Tanto los Chicago Cubs como sus aficionados tienen una cuenta pendiente con el Destino.
JONATHAN DANIELAFP

Una vez que hemos completado la primera fase de los playoffs de la Major League Baseball y contando con los partidos de Wild Card, que por supuesto que pertenecen a la postemporada, el panorama que nos aguarda por delante está mucho más claro… O puede que no lo sea.

Los cuatro participantes que van a jugarse el todo por el todo de cara a relevar como campeones del mundo a los Giants se han “apropiado” de esa etiqueta que es una delicia para los medios de comunicación (y los aficionados) sobre ese tan manido mantra del Equipo del Destino y creo que eso es algo por lo que nos tenemos felicitar los aficionados al mejor deporte del mundo, porque toda esa retórica no va a hacer otra cosa sino enriquecerse a lo largo de unas Series de Campeonato al mejor de siete que prometen ser antológicas.

La verdad es que, con todo el respeto y el cariño para las aficiones de New York Yankees, Boston Red Sox, St. Louis Cardinals o San Francisco Giants, ausentes todo ellos ya en este momento de los playoffs, la situación que se nos plantea es maravillosa ya que cualquiera de estos equipos se va a quitar la etiqueta de equipo perdedor o, para ser más justos, de equipo que lleva mucho, demasiado tiempo sin alzar el trofeo de campeón de las Series Mundiales.

Los Toronto Blue Jays han hecho correr ríos de tinta a lo largo de las últimas semanas. Las adquisiciones que reforzar una plantilla interesante han convertido a este club en una absoluta apisonadora que generó el mejor diferencial de carreras, sinónimo habitualmente de equipo dominante pero que no tiene por qué tener continuidad en postemporada ya que sabemos demasiado bien que se trata de un momento totalmente distinto a los playoffs.

Los Blue Jays demostraron una enorme capacidad de reacción tras perder sus dos primeros partidos en casa y llevaron la eliminatoria al quinto partido de vuelta en Toronto donde pudimos asistir a la séptima entrada más alocada de toda la historia de los playoffs, coronada por el maravilloso home run de José Bautista con bat flip incluido.

Toronto no conseguía su pase a octubre desde 1993 cuando Joe Carter mandaba a todos extasiados para casa con su home run para ganar el sexto partido y las Series contra Philadelphia Phillies, siendo entonces el segundo título consecutivo para los canadienses. La dinastía de los Blue Jays se quedó en eso y han estado desaparecidos en combate durante 22 años. Pero el Destino les debía una y aquí están en 2015.

Jacob deGrom fue capaz de derrotar a Clayton Kershaw y a Zack Greinke en las Series de División.
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Jacob deGrom fue capaz de derrotar a Clayton Kershaw y a Zack Greinke en las Series de División.STEPHEN DUNNAFP

Los New York Mets también pueden reclamar para si mismos ese apodo de equipo del Destino. No ganan desde 1986 con la segunda edición de los Amazin y no juegan el Clásico desde el 2000. ¿Quién pensaba que iban a lograr clasificarse para los playoffs estando encuadrados en la misma división que los Washington Nationals y con muchísimas dudas en ataque? Washington se vino debajo de forma incomprensible y los Mets reforzaron al mejor grupo de pitchers titulares con Yoenis Céspedes y compañía, conformando una ofensiva, esta vez digna de aspirante a postemporada, cosa que consiguieron.

Sin embargo, en su camino se cruzaban los Dodgers que contaban con el mejor tándem en la rotación con Clayton Kershaw y Zack Greinke. ¿Quién pensaría que un rival de los angelinos podría superarles en las Series de División si encima lanzan cuatro de los cinco partidos? Exacto, los New York Mets. Si ellos no son el equipo del Destino, que venga Dios y lo vea.

Kansas City Royals ganó su último título en 1985 y a muchos les sonará su nombre, ¿verdad? Precisamente. Fueron los finalistas del año pasado y si Madison Bumgarner hubiera sido un mero mortal y no un Dios del Olimpo, se hubieran hecho con el título sin duda alguna pero no fue el caso.

Este año nadie daba nada por ellos. Los mayores expertos no pensaron que fueran capaces de repetirlo. Los Royals demostraron lo equivocadísimos que estaban y no sólo eso sino que fueron el mejor equipo de toda la Liga Americana.

Pero en las Series de División contra los Astros de Carlos Correa estuvieron con el soporte vital en el cuarto partido, perdiendo por cuatro carreras al inicio de la octava entrada. Tan mal pintaba la cosa que el Gobernador de Texas ya felicitó a los Astros… salvo que los clasificados terminaron siendo los Royals con un Johnny Cueto imperial que justificaba su estatus de pitcher número uno. ¡Si el Destino no está con los Royals, que se lo haga mirar, por favor!

Y luego están los Chicago Cubs. Si los Cubs no existieran, habría que inventarlos. Cuando se acuñó el término de “adorables perdedores” estaban pensando en ellos, no en los Red Sox y por supuesto, tampoco en sus vecinos, los White Sox. Tu equipo es un adorable perdedor (y a mucha honra) cuando no ganas el título desde 1908 y no juegas la final desde 1945 cuando Harry Truman era Presidente de Estados Unidos.

Cuando tienes tanta liturgia que rodea a un club de esta entidad, ya sea la maldición de la cabra, los gatos negros o Steve Bartman. Todo ello hace mucho más rico e interesante el camino a la hora de hacer historia de un equipo que ganaría las Series Mundiales del 2015 como fue adelantado en Regreso al Futuro 2 (1989).

Los Cubs están tan decididos a mantener ese mojo que han ido acumulando a lo largo de las últimas semanas que la bola del home run de Kyle Schwarber que aterrizó encima del videomarcador de Wrigley Field ha sido precintada en plexiglás. ¡Todo vale en aras de la superstición y para acabar con la sequía!

Las Series de Campeonato empiezan en apenas unas horas y lo que tenemos muy claro es que el vencedor, sea quien sea, va a poder quitarse ese enorme peso que llevan acumulando después de tanto tiempo. Los aficionados al béisbol estamos de enhorabuena.