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JUEVES RETRO

Steve Gleason, inspiración de un equipo y una ciudad

En 2006, una jugada cambió radicalmente la historia de los Santos y ayudó a Nueva Orleans a sanar las heridas provocadas por el huracán Katrina.

Steve Gleason inspiró a los Saints tras el desastre del Katrina.

La base sobre la que se construyó a los Santos de Nueva Orleans como un equipo contendiente se sentó hace nueve años.

Steve Gleason fue el encargado de colocar la simbólica “primera piedra” sobre la que los Santos cambiaron el rumbo de historia y fue el catalizador de un proyecto puesto en marcha en 2006 y que tres años más tarde se cristalizó con la conquista del primer Súper Tazón en la historia del equipo.

En Nueva Inglaterra vivieron ese momento con el gol de campo de Adam Vinatieri ante Oakland en aquél Juego Divisional de la temporada 2001; en Pittsburgh fue la contratación de Chuck Knoll como coach en 1969; en San Francisco fue la decisión de poner a Joe Montana como quarterback titular en 1979; para Denver fue el reclutamiento de John Elway en 1983 y para Indianápolis la llegada de Peyton Manning en 1998.

El momento que cambió el rumbo en la historia de los Santos sucedió el lunes 25 de septiembre de 2006 con una acción rutinaria en un juego especial por la trascendencia social que tuvo en una ciudad que se recuperaba del duro golpe que la naturaleza le dio con el huracán Katrina.

Con un Superdome eufórico por el regreso a Nueva Orleans de los Santos, obligados a jugar en una sede alterna en 2005 por los daños que su casa sufrió por Katrina, y con una ciudad ávida de demostrar que estaba de nuevo de pie, el destino puso a Gleason en el momento y lugar correctos.

El rival era Atlanta, el mismo equipo al que los Santos enfrentan esta noche en el inicio de la Semana 6 de la temporada regular.

La defensiva de Nueva Orleans había frenado el primer ataque de Atlanta, que se preparó para patear de despeje (punt).

El balón fue centrado, Gleason penetró sin problemas por el centro de la línea de scrimmage y se enfiló hacia Michael Koenen, pateador de los Halcones. Ahí cambió la historia de los Santos.

Gleason bloqueó la patada, el ovoide fue hacia la zona final donde fue recuperado por Curtis DeLoatch para abrir el marcador y enfilar a los Santos a vencer 23-3 a Atlanta en un camino que los llevó hasta la Final de la NFC en la que, hasta entonces, fue la campaña más exitosa en su historia.

El momento es tan importante para los Santos y la ciudad, que afuera del Superdome existe una estatua con el momento en que Gleason bloquea la patada.

Las siguientes dos temporadas fueron complicadas para el equipo, que sin llegar a Playoffs, afianzaba un proyecto que en 2009 lo llevó a ganarlo todo.

Pese a ser el responsable del momento de quiebre en la historia del equipo, Gleason no formó parte de los Santos que ganaron el Súper Tazón XLIV en la temporada de 2010.

La de 2006 fue la última temporada de Gleason en Nueva Orleans y en 2008 anunció su retiro de la NFL. Tres años después anunció que tenía esclerosis múltiple, o como es más conocida, “Enfermedad de Lou Gehrig”.

El hombre que marcó el rumbo de un equipo e inyectó esperanza a toda una ciudad no ha dejado luchar por sí mismo. Los estragos de la enfermedad lo tienen confinado a una silla de ruedas, pero su sonrisa y espíritu se mantienen inquebrantables.

Gleason es visitante asiduo a los juegos de los Santos y en cada aparición, el Superdome estalla en aplausos y ovaciones a quien hace nueve años cerró una herida que simboliza la lucha de toda una ciudad y de un equipo por salir adelante y triunfar.