El doble rasero disciplinario calienta los cuartos de final
Las sanciones varían según los jueces. La misma para el puñetazo de O'Brien, para Bosch por clavar a un rival o para Hooper por una acción en un ruck.
La polémica está servida en el Mundial. Las últimas sanciones conocidas en los últimos días han restado crédito al Comité de Disciplina y han calentado el ambiente, especialmente por parte del público argentino. Los Pumas jugarán el domingo ante Irlanda y uno de los jugadores estrella del Trébol, Sean O’Brien, ha sido sancionado una semana por propinar un puñetazo al galo Papé. Un castigo demasiado corto. Una semana le cayó, por ejemplo, a Hooper (Australia) por embestir a Brown en un ruck. Doble rasero.
El problema reside en que Argentina no podrá contar con el centro Marcelo Bosch, también sancionado una semana, que clavó en el suelo al namibio Kotze en un placaje peligroso. Desde el entorno albiceleste se entiende que no son acciones comparables... Como tampoco parece justo que a Galarza, por meter un dedo en el ojo de Retallick le cayeran nueve semanas. Argentina se queja, pero no hace alusión a que por una acción similar a la de Bosch los escoceses Ford y Jonny Gray han sido sancionados tres semanas y por tanto dicen adiós al Mundial. El Cardo ha sido el gran damnificado de los últimos castigos. Además, para quien quiera más suspicacias, el juez encargado del caso es australiano. Y Escocia se mide a Australia.
También ha llamado la atención que al samoano Tuilagi le sancionaran con cinco semanas (reducidas a dos) por un supuesto rodillazo a un rival que le placó frontalmente a ras de suelo. Una acción fortuita.