Lara González: "Cuando me lesioné, lloraba de miedo"

Penetró entre las defensoras buscando a portería austriaca, y de pronto, en el suelo del polideportivo de Santiago, Lara González (Santa Pola, 1,86 metros) lloraba desconsolada. La imagen auguraba una lesión grave, que al final se ha confirmado como rotura del ligamento lateral izquierdo de la rodilla. "En ese momento no lloraba de dolor, sino de miedo. Oí el ruido al caer, y esa en la rodilla, y me puse en lo peor", dice la internacional española que ahora milita en el Siofok húngaro, en el que sólo lleva un par de meses.

Mientras sus compañeras han viajado hoy a Bulgaria para disputar el segundo partido de la liguilla del preeuropeo, ella, de entrada, se ha id con su familia a Palencia, de donde son sus padres: "De momento no puedo poner el pie en el suelo, tengo que ir con muletas, pero la lesión ha sido, dentro de lo malo, lo más leve. Una vez asimilado, pues contenta porque en enero ya estaré lista para volver a jugar".

Dice que su equipo de club, plagado de extranjeras, le apoya, que se ha puesto incondicionalmente a su disposición, y ella se molesta porque se pierde el final de la primera vuelta del campeonato magiar: "Son cuatro partidos de Liga y una eliminatoria de dos partidos en la EHF, pero en enero, cuando volvamos, yo estaré en el equipo recuperada, me han dicho que la lesión son menos de tres meses". Con lo cual, en el equipo deja sola a otra española "Macarena Aguilar, otra Guerrera".

Eso sí, se pierde el Mundial, que tras la plata del pasado año en el Europeo, era una de las citas notables de la Selección femenina: "Jugué el Mundial de Serbia de 2013, y bueno, nunca sabes si te van a llamar, pero ya he estado en las dos últimas grandes citas de la Selección, y quería estar preparada para este campeonato".

Es decir, una lateral alta que puede defender en el centro del 6-0, un lujo joven para las Guerras, que se pone a soñar en voz alta y al saltarse el Mundial de Dinamarca, cita imposible, se centra en competir por "estar en los Juegos Olímpicos, que eso sí es un sueño de verdad".

Mientras tanto, la vida la afronta con muletas en los próximos días, y con sus estudios a distancia de Ciencias del Deporte, en su último año de carrera. El húngaro, poco a poco, pero con el idioma todo se andará.