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ATLETISMO

López, en AS: "En Río quiero doblar en 20 y 50 kilómetros"

El campeón del mundo visitó la redacción de AS, donde mostró su deseo de hacer las dos pruebas. "Es un momento ideal para ello", dijo.

Miguel Ángel López, en la redacción de AS.
Miguel Ángel López, en la redacción de AS. DANI SANCHEZDIARIO AS

Con el mismo aplomo que conquistó el oro europeo de 20 kilómetros marcha en Zúrich 2014 y el mundial en Pekín 2015, Miguel Ángel López lanzó un exclusivo órdago en su visita a la redacción de AS: “En los Juegos de Río quiero doblar y competir en 20 y 50 kilómetros. Es un objetivo importante. A ver si puedo conseguirlo. Es el momento ideal”. Y por supuesto, buscaría el oro en un reto mayúsculo, que sólo alcanzó el polaco Korzeniowski en Sydney 2000. “Iremos a por lo máximo, sobre todo me gustaría conseguir la ansiada triple corona (Europeo, Mundial y Juegos)”, dice el murciano, de 27 años, con seguridad robótica.

Para su desafío, el caminante de Llano de Brujas hará “la preparación de siempre, nada excepcional”. Marchará por el asfalto de Cieza, uno de los epicentros de esta disciplina a nivel nacional, donde le dirige el sabio José Antonio Carrillo. “Para que lo entienda la gente, mi entrenamiento es similar al de una media maratón, sólo que marchando”, prosigue este atleta técnicamente perfecto. Porque al contrario que muchos de sus rivales, Miguel Ángel, de 1,80 y paso elegante, no tiene que preocuparse de los jueces. La marcha le fluye: “La trabajamos con vídeos, un tapiz y espejos y, la verdad, desde pequeño nunca he tenido problemas con la técnica. No me supone ningún estrés”. Ni siquiera cuando acabó en 3:37 los últimos 1.000 metros del Europeo de Zúrich. Su representante, Alberto Armas, añade: “En los cursos de la IAAF lo utilizan como modelo por su forma de marchar”.

Si la técnica es uno de sus pilares, el otro es la psicología. Aparentemente es inmutable. “Los nervios van por dentro, pero la verdad es que antes de Pekín dormí muy bien”, cuenta el oro mundial, que en carrera dejó atacar a los chinos y, como si fuera de hielo, supo ver la ansiedad de los anfitriones y esperó su momento: “Lo haces por intuición y me salió bien. Me emocioné al pasar el túnel, al ver el estadio lleno. No quería que acabase”.

El título mundial fue el 23 de agosto y hasta ahora ha estado de vacaciones, rechazando incluso una oferta de competir en China. Confiesa que se ha relajado: “Todavía estoy saboreándolo. Mi peso medio es 69-70 y ahora he cogido cinco kilos. Luego me cuesta bastante perderlos”. Una buena dieta será preparar los 50 km, que “no tienen nada que ver con los 20 kilómetros”. “Con un par de entrenamientos ya te pones fino. Es muy distinto. Para los 50 hace falta ser muy duro y tener buen estómago, porque hay que comer mucho y no a todo el mundo le sienta igual de bien”, relata López, que debería clasificarse para la prueba larga en febrero, en Motril.

Antes de saltar a la élite internacional, en 2011, Miguel Ángel fue conocido por ser el hombre que plantó en un podio a Paquillo, que pudo ganar el Nacional al vérsele reducida su sanción por dopaje: “Me salió así. Y hasta algún periodista me dijo luego: ¿quién se cree este? Aunque prefiero que no se me recuerde por eso. Creo que tengo un palmarés suficiente para que se hable de lo que he conseguido”. Su brillante currículum comenzó a fraguarse en los Juegos de Londres 2012, cuando fue quinto. “Ahí me lo empecé a creer y vi mi mejor versión”. Cuatro años después, se plantea el doblete olímpico en Río.