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Minnesota Vikings 31 – San Diego Chargers 14

Dos gotas de Peterson bastaron ante unos Chargers blanditos

El corredor de los Vikings tuvo un arranque dubitativo, pero una carrera suya de 43 yardas para touchdown le dio la puntilla al partido tras el descanso.

Adrian Peterson vuelve a sembrar el terror en los emparrillados de la NFL.
Brad RempelUSA TODAY Sports

Peterson ha vuelto a la NFL. Con todo lo que ello significa. Con todo el abanico de posibilidades que abre a sus compañeros. Facilitando su trabajo y haciendo que todo sea más sencillo simplemente porque él está en el campo, y eso significa que algo grande puede pasar en cualquier momento. Que incluso cuando parece placado, o sin un espacio por el que colarse, encuentra la manera de reinventar la jugada para convertirla en una obra de arte.

126 yardas de carrera, dos touchdowns, el público enloquecido, rememorando momentos inolvidables, y la sensación de que ahora todo es posible. Porque pese a todo, ni siquiera fue un partido tan bueno del corredor, que en las primera series siguió pareciendo poco compenetrado con Bridgewater, su quarterback, y durante el drive de su primer touchdown ni siquiera tuvo un papel protagonista hasta el final, ya que fue mandado a la banda mientras McKinnon y Asiata cargaban con el peso terrestre del equipo.

Mientras tanto, los Chargers dieron durante todo el partido una triste sensación de impotencia, que empezó cuando Rivers sufrió un sack convertido en fumble cuando terminaba el tercer cuarto, y que fue aumentando progresivamente según el quarterback se desesperaba aunque justo antes delcdescanso conseguía conectar con Keenan Allen para dejar el marcador en un 10-7 que hacía justicia a la mediocridad insípida que estábamos viviendo.

Porque el Peterson de verdad se reservó para la segunda mitad. En el primer balón que tocó tras el descanso anotó un touchdown marca de la casa de 43 yardas que puso patas arriba el estadio de la Universidad de Minnesota, 17-7. Apartir de ahí se obró la magia. Bridgewater y Peterson encajaron. Se consumó el matrimonio. Empezaron a sentirse a gusto uno al lado del otro y el football empezo a fluir mientras la defensa de San Diego, impotente, se limitaba a contemplar el prodigio.

Los puntos iban cayendo en una riada. Zach Line cerraba con un touchdown una buena serie, 24-7, Greenway retornaba 91 yardas una intercepción a Rivers para sumar otros siete puntos, 31-7, y solo al final, cuando ya no importaba, Clemens, que había sustituido a Rivers, conectaba con Keenan Alle para que el receptor sumara su segunda anotación y maquillara un poco el marcador.

Adrian Peterson ha vuelto a la NFL y le faltan unas gotas de poción mágica para volver a ser e de antes, pero incluso sin ella los Vikings, poco a poco, empiezan a reclamar un lugar entre los Gallos de la liga.