SAINT LOUIS RAMS 6 - PITTSBURGH STEELERS 12
Los Steelers ganan a los Rams pero lloran a Roethlisberger
La lesión del QB de Pittsburgh empaña un partido que su equipo ganó gracias a la más insospechadas de las unidades: la defensa.
Cuando Mark Barron, el safety de los Saint Louis Rams, mediado el tercer cuarto llegó a gatas, trastabillado, hasta la rodilla de Ben Roethlisberger y se la dobló, todo Pittsburgh tembló. De hecho, toda la NFL tembló. Big Ben perdió el balón y se quedó tirado en el suelo, cogiendose la pierna. No es Roethlisberger un tipo que se queje por nada. Todo lo contrario. Y ni siquiera volvió a por el balón, ni siquiera hizo el mínimo gesto de que aquello era algo menor. No. Se fue del campo en carrito con la cara del que sabe que lo que ha sucedido es muy serio. Aún no sabemos por cuanto tiempo, pero los Steelers se han quedado sin su QB titular.
Es una enorme lástima. Hasta ese mismo momento, Big Ben había sido, cuando menos, tan bueno como cualquier otro QB en este inicio de temporada regular. El ataque de Pittsburgh era el más engrasado y su conexión con Antonio Brown la más explosiva de la liga, sólo igualada por Brady-Gronk y Ryan-Jones.
El partido contra los Rams, sin embargo, siguió un guión sorprendente para todos los actores. De hecho, comenzó con uno de los momentos más surrealistas vistos en un campo de football cuando una parte del mismo se incendió por el mal funcionamiento de un elemento pirotécnico. A partir de ahí todo fue aún más raro.
Porque resulta que fue la defensa de los Steelers la que le ganó el partido a su equipo. La muy criticada unidad. Esa que lleva tiempo siendo un insulto a la historia de la franquicia. La que está llena de jóvenes prometedores que no acaban de funcionar. Y, para más INRI, sin Ryan Shazier, quizás el mejor de todos estos cahavales.
Pues lo que hicieron fue anular por completo al ataque de los Rams. Cierto es que no parece algo muy difícil de lograr, porque llega un momento en que el Nick Foles y los suyos no pueden parecer más incompetentes. Ni siquiera el debut de Todd Gurley, inédito en su influencia en el juego toda la tarde, sirvió para dar aire y alegría a un grupo incapacitado para sobrepasar el front seven de Pittsburgh.
En el otro lado, Le'Veon Bell volvió y lo hizo a lo grande, siendo la gran referencia de un ataque que movió las cadenas con bastante más soltura que lo que indica el resultado final. De hecho, si en el primer (y único) touch down del partido, Tomlin no hubiese ordenado ir a por dos puntos, y su equipo no hubiese fallado, da la sensación de que el partido podría estar lejos del alcance de los Rams en un periquete.
Lo que pasa es que llegó el descanso, primero, y luego la lesión de Big Ben, al que sustituyó Michael Vick. Ahí murió el ataque de los Steelers. Ahí y en los brazos de un hombre que ha de ser considerado para MVP de la liga, así, como suena, que es Aaron Donald. El DT de los Rams soltó otra exhibición de las que no abundan.
Todo lo anterior, por supuesto, se queda en agua de borrajas a la luz de lo que puede ser la gravedad de la lesión de Ben Roethlisberger. Sin él, el mejor ataque de la liga ya no lo es y las buenas sensaciones de la defensa de los Steelers tendrán que convertirse en realidades más contundentes. y Micheal Vick ha de recordar al jugador de hace una década. Demasiadas cosas que suenan difíciles ahora mismo.