El récord perpetuo heredado por 33 años de consistencia
Además de los récords de jugadores rotos últimamente, el de más triunfos para un coach en la historia, en poder de Shula, merece mención aparte.
Las hazañas en el campo de juego fascinan, roban la atención de todos y convierten a los protagonistas en el campo de juego en referencias para futuras generaciones de profesionales.
Pero existe una figura que toma las decisiones difíciles, esas que lo definen como héroe o chivo villano, que sacrifica varias horas de sueño en la semana para crear estrategias que lleven al triunfo a su equipo y quien, al mismo tiempo, es también la pieza más endeble del rompecabezas: el entrenador en jefe.
En esta entrega de “Jueves Retro” honramos a una de las figuras legendarias en este puesto, Don Shula, coach ya inmortalizado en Canton, Ohio, y que al retirarse dejó un récord que pocas veces es tema de conversación por la ironía de que, actualmente, nadie amenaza con superarla.
Shula dio el primer paso hacia las 328 victorias en su carrera, incluidos Playoffs, a los 33 años, cuando debutó como entrenador en jefe con los entonces Potros de Baltimore (actualmente en Indianápolis).
Las 328 ocasiones que Shula salió del campo de juego con el puño en alto, una vez tras ganar el campeonato de la antigua NFL en 1968 con los Potros y dos luego de conquistar el Súper Tazón con Miami, bien equivaldrían a alguna de las marcas de jugadores que alguna vez se consideraron inalcanzables y que en años recientes han sido rotas.
En 2004, Peyton Manning lanzó 49 pases de touchdown para romper la marca que durante 19 años lució imbatible y que Dan Marino dejó en 48 en 1984; tres años más tarde, Tom Brady se adueñó del récord con 50 envíos de anotación y en 2013, Manning reclamó el registro con 55 espirales.
Otro pasador que se adueñó de una mítica marca fue Drew Brees, quien en 2012 rompió el récord de juegos consecutivos con al menos un pase de touchdown al dejarlo en 54, racha que inició en 2009 y que superó la de 47 partidos que registró Johnny Unitas de 1956 a 1960.
La diferencia con estas hazañas en relación a la de Shula es que los 328 triunfos que amasó en 33 temporadas ininterrumpidas como entrenador en jefe, adornada con la temporada perfecta de Miami en 1972 (14 duelos de campaña regular y tres de Playoffs, incluido el Súper Tazón VII), lucen inalcanzables.
Cuatro años antes, aún con Baltimore, Shula ya había coqueteado con la perfección, al menos en temporada regular, al guiar a los Potros a una marca de 13-1. En Playoffs llegaron al Súper Tazón III, el cual perdieron ante los Jets.
En 20 de sus 33 años como estratega, Shula ganó al menos 10 juegos.
Su porcentaje de victorias es de .677, el segundo más alto entre los coaches con más triunfos en la historia de la NFL, sólo detrás del .682 de George Halas, propietaro, entrenador en jefe y jugador de los Osos de Chicago.
Quien más cerca está de amenazar la marca de Shula es Bill Belichick, coach de Nueva Inglaterra y quien tiene 12 temporada consecutivas con al menos 10 victorias y quien, en ese lapso, en la campaña de 2007, se quedó a unos segundos de igualar la mítica temporada perfecta de Shula y los Delfines.
Pese a su imponente marcha, Belichick tendría que dirigir por 12 temporadas más, y no sólo eso, tendría que promediar 11 victorias en campaña regular y al menos una en Playoffs cada año para rebasar las 328 de Shula.
Así de imponente luce la marca de Shula, quien, bajo su tutela y con base a sus planes de juego, fue responsable para que varias figuras brillaran dentro del campo de juego.