Gómez Noya: "Jamás imaginé tener un palmarés tan grande"
Javier Gómez Noya conquistó en Chicago su quinto Mundial y se convirtió en el que más títulos acumula de la historia. El gallego atendió a AS.
—¿Qué tal sienta la quinta corona de campeón del mundo de triatlón 24 horas después?
—Estoy muy contento y orgulloso. Tal vez necesite más tiempo para ver con perspectiva lo que supone ser el primero de la historia en ganar cinco títulos mundiales (el británico Lessing tiene cuatro). Esta es otra temporada muy buena y ya van nueve seguidas en el podio. Además, la culminamos con una prueba espectacular en Chicago.
—En la carrera a pie volaron. Corrieron los 10.000 por debajo de 2:55 cada kilómetro.
—Sí. Estoy muy satisfecho, porque si Mola me gana corriendo en 28:59 el 10.000 poco puedo decir. Salí muy fuerte porque no quería que nadie enlazase, es una de las carreras más rápidas que recuerdo también para mí, que hice 29:06 (2:54, el km). Mario se alegró de que yo ganase el Mundial. Tenemos una gran relación. (Le hizo una reverencia en la meta).
—¿Cómo lo celebró?
—Hicimos poca cosa. Acabé el control antidopaje a las 22:00 y fuimos a cenar. Al día siguiente salí a trotar un poco, para mover las piernas, y después ya sí que pude hacer algo de turismo.
—Con 32 años, llega este quinto título, ¿qué es lo más especial de este entorchado?
—Llevar tres seguidos es para mí muy importante y me enorgullece ser tan competitivo ante las nuevas generaciones de atletas, pese al paso del tiempo. Antes había más gente de treinta y pico, cuando competían Whitfield, Doherty, Raña... Tengo 32 y los chavales que están arriba (Mola, Alarza, Murray, Luis, los Brownlee) son más jóvenes. Estar ahí, con gente que viene fresca, me motiva.
—Ha acabado con sus archienemigos, los Brownlee...
—Han estado irregulares, pero no olvidemos que Jonathan ha ganado dos carreras este año y Alistair otras dos. Les ha faltado continuidad, pero seguro que en los Juegos estarán ahí.
—¿Qué cambia del Javi Gómez Noya que ganó el primer Mundial en 2008 al de hoy?
—Año tras año avanzas. Vas siendo más eficaz en los entrenamientos, intentas no cometer errores y mejoras en pequeños detalles, con trabajo específico. Al principio ganas experiencia en carrera, aprendes a manejar la tensión y cuando llevas 300 o 400 triatlones ya dominas la situación. También es clave el conocimiento de tu cuerpo, saber cuándo exigirte o relajarte. Lo importante es escucharse.
—¿Sus pilares de trabajo?
—Simples y sencillos. Un trabajo muy duro, buen descanso y buena alimentación. Al final no tienes tiempo para nada más que entrenar, comer y dormir. Es una vida dura, pero si quieres llegar arriba, tienes que hacer eso. Yo trato de llevarlo lo mejor posible. Además, tener buenos resultados es una motivación. La verdad es que me encanta mi deporte.
—¿El oro olímpico en Río 2016 es la cuenta pendiente?
—Es el gran objetivo del año que viene y lo intentaremos con la máxima dedicación. Pero tengo un palmarés más grande de lo que jamás podría imaginar, por tanto, no me obsesiona ese oro, pero saldré a por él. Ya competí en el circuito de Río (ganó) y me gustó. Será una carrera pesada y de desgaste.
—En España, hay una gran generación. ¿Es espontánea?
—Yo creo que un poco sí. Cada uno nos hemos buscado la vida, yo me fijé en Iván (Raña), otros a lo mejor se fijan un poco en mí y Mario, que ya es una figura mundial con tres podios, ayudará en el futuro... También hay trabajo de las federaciones.
—Ya puede tocar la guitarra...
—Sí, que antes no tenía tiempo material. Me quedan tres pruebas y luego, a desconectar.