Sorprende Atlanta con Matt Ryan y Julio Jones a Filadelfia

Los Halcones tienen un ataque limitado en comparación al de Filadelfia, que no encontró respuesta defensiva para contener a Ryan y Jones.

ATLANTA.- Filadelfia tiene una amplia variedad de armas, pero la combinación Matt Ryan-Julio Jones fue suficiente para Atlanta. Al menos en el primer juego de la temporada regular.

Jones, quien fue una verdadera pesadilla para la defensiva de las Águilas, atrapó nueve pases para 141 yardas y dos touchdows, con los que ayudó a los Halcones a construir la ventaja en la primera mitad que, al final, les permitió llevarse el triunfo.

Al mismo tiempo, la defensiva de Atlanta inició el duelo con agresividad y sin darle espacios al nuevo quarterback de Filadelfia, Sam Bradford, quien entre la presión y su incapacidad para alejarse de ella, tardó medio juego en conectarse con sus armas más peligrosas.

La falta de entendimiento de Bradford con sus nuevos secuaces fue aprovechada por Ryan, quien, pese a sufrir una acrobática intercepción de Kiko Alonso en la zona final en el primer cuarto, llevó a su equipo a anotar en sus últimos tres ataques de la primera mitad.

Atlanta se fue arriba 10-0 con el primer envío de anotación de Ryan a Jones, de cuatro yardas al inicio del segundo cuarto, y luego de un intercambio de goles de campo, Ryan y Jones se volvieron a conectar, ahora en pase de 22 yardas para anotación para ampliar la ventaja a 20-3, acción preparada por una intercepción a Bradford en la yarda 27 de Filadelfia.

Ryan completó 23 de 34 pases para 298 yardas.

En el tercer cuarto, el coach de las Águilas, Chip Kelly, al fin pudo ver al equipo que se imaginó durante la pretemporada cuando su defensiva, por medio de W Thurmond, interceptó a Ryan y dejó el ovoide en la yarda 8 de Atlanta para que, dos jugadas más tarde, DeMarco Murray anotara y acercara 20-10 a Filadelfia.

Los papeles se habían invertido. Las Águilas dominaban ofensiva y defensivamente y al ataque, con formaciones más abiertas, Bradford comenzó a apoyarse en la agilidad y poder para correr de DeMardo Murray, encontró al elusivo Darren Sproles como válvula de escape por las bandas, se conectó con el elusivo Ryan Mathews con pases pantalla y varió sus envíos a los receptores Jordan Matthews, Riley Cooper y Miles Austin.

Simplemente, Bradford, quien lanzó para 336 yardas tras completar 36 de 52 pases, cuenta con un arsenal envidiable y con el que no tiene ya pretextos para explotarlo.

Tan versátil es el ataque de las Águilas, que Murray acercó 20-17 a las Águilas en el tercer cuarto con recepción de cinco yardas en el tercer cuarto.

Sin embargo, el tiempo que perdieron las Águilas para hacer funcionar su ataque en el primer medio pesó cuando Atlanta amplió su ventaja a 23-17 con un gol de campo de 44 yardas al inicio del último cuarto.

Filadelfia respondió con un rápido ataque de seis jugadas y 2:12 minutos que Matthews coronó con anotación en carrera de una yarda para darle a las Águilas la ventaja por primera vez, 24-23.

Pero, el trabajo que dejó de hacer Filadelfia en el primer medio volvió a pesar cuando Bryant puso de nuevo al frente a Atlanta, 26-24, con otro gol de campo, éste de 47 yardas.

Las Águilas fallaron su intento de gol de campo cuando Cody Parker pateó el ovoide a la derecha de los postes y la noche les cayó cuando, pese a frenar a Atlanta y tener una última oportunidad, Ricardo Allen interceptó un pase de Bradford que pasó por en medio de las manos de Jordan Matthews, el receptor más seguro que tuvo Bradford en el juego.