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El NFL 'Fantasy' y la evolución de los aficionados al football

Desde que jugué por primera vez al "Fantasy" de fútbol americano, de fantasioso no le vi nada sino todo lo contrario.

Así como en la última década hemos sido testigos de una revolución mediática y cibernética de la que las redes sociales han sido, me parece, príncipes impulsoras, también hemos visto cómo ha evolucionado el aficionado a la NFL.

En este renglón, el negocio del Fantasy --porque de que es negocio lo es y uno muy redituable-- ha tenido mucho que ver en cómo se siguen los deportes a través de la televisión e internet.

Hace unos días, cuando se dio la noticia sobre la cancelación de la suspensión por cuatro juegos a Tom Brady por el infame y tan traído Deflategate, se dio un fenómeno que ayuda a comprender a la nueva generación de aficionados.

Tan pronto se supo que Brady jugaría en los primeros cuatro juegos de los Patriotas, la venta de boletos en sitios de reventa autorizada se duplicaron para los duelos de Nueva Inglaterra ante Pittsburgh, Búfalo, Jacksonville y Dallas.

Es más, en Dallas, el duelo sin Brady era uno más en el calendario de juegos como locales de los Vaqueros, pero con la participación del quarterback, al partido se le designó la categoría "Premium", es decir, que el boleto para ir al Cowboys Stadium será más caro. Punto.

¿A quién va a ver la gente a los estadios: a sus equipos favoritos o a sus jugadores favoritos?

A ambos. Sin embargo, esa respuesta lleva a otro cuestionamiento: ¿y qué sucede y qué sucederá con el amor a la camiseta?

El Fantasy ha creado aficionados a deportistas o atletas a quienes siguen a donde vayan. Los millonarios contratos que actualmente se dan imposibilitan a las franquicias a retener a varias figuras y de ahí que un jugador cambie con frecuencia de equipo y por ende, los fans vistan los jerseys que use su ídolo.

Habrá jugadores que se mantengan en un club hasta el final de sus carreras, pero esos deportistas son minoría en la actualidad.

Hace unos días, el nuevo receptor de Kansas City, Jeremy Maclin, cuestionó por qué un aficionado querría que a su equipo le fuera mal sólo porque en su roster de Fantasy tiene a un jugador que le puede dar puntos si hace algo bien.

En lo personal y con base a mi limitada experiencia en esto de las ligas de fantasía, preferiría que mi equipo favorito gane, aunque eso signifique que mi equipo de fantasía quede arruinado.

He sabido de aficionados que piensan lo contrario y es respetable, pero, ¿en verdad esos aficionados son fieles a los colores de sus equipos?

Si ganas el campeonato en una liga de fantasía, además de la satisfacción, ¿qué más queda? El Fantasy termina a mediados de diciembre yla NFLaún está lejos de concluir. ¿Se trata de querer, apoyar o sentir los colores de tu equipo cuando no se enfrenta a uno de "tus" jugadores o hasta que acaba el Fantasy?

La evolución del aficionado nos indica que existen dos categorías: la tradicional, en la que se adopta a un equipo y se le sigue en las buenas, las malas y las peores, y la moderna, en la que el fan sigue a un jugador a donde quiera que vaya. Sin embargo, los jugadores tienen "fecha de caducidad" y los equipos se mantienen.

En la actualidad, es probable que para cuando una estrella se retira, sus fans ya hayan adoptado a otra figura a la cual seguir por simple admiración o porque es redituable en el Fantasy.

En ese caso, no queda de otra. Se vale cambiar de jugador estrella a seguir, pero cuando se trata de un equipo, como dicen, es más fácil cambiar de esposa.

Y tu, ¿qué tipo de aficionado eres?