Bryce Harper se afina de cara las series contra los Mets
La Major League Baseball afronta su tramo final de la temporada y en estos momentos de acuciante necesidad, es cuando tienen que surgir esos jugadores que marcan diferencias, los líderes a la hora de marcar el camino hacia la Tierra Prometida y Bryce Harper quiere convertirse en ese Mesías para los Washington Nationals.
Los antiguos Montreal Expos, ahora con sede en la capital de Estados Unidos, han amenazado con convertirse en una de las mayores decepciones del año puesto que eran universalmente favoritos no sólo para hacerse con su división sino también como firme representante de la Liga Nacional en las Series Mundiales.
Y la última noticia es que siguen siéndolo ya que no ocupan lo más alto en el Este de la Liga Senior, puesto que pertenece a los New York Mets. Pero algo está cambiando en el ambiente del vestuario de unos Nats que no han podido contar con su equipo base durante apenas un par de minutos a lo largo del año y seguirá siendo así tras la baja definitiva de Denard Span.
Sin embargo, nadie va a sentir lástima por el conjunto capitalino, al igual que pasa con el resto de integrantes de la competición, y hay que aprender a sobreponerse por la adversidad. Pero cuando cuentas con un jugador franquicia, a uno de los mejores de todo el circuito, el trabajo de su técnico, Matt Williams, puede hacerse más sencillo.
Lo que está realizando Bryce Harper es un absoluto escándalo porque está siendo el mejor jugador con diferencia de toda la MLB pero tampoco nos debería de sorprender, especialmente cuando Sports Illustrated te saca en portada con el título “The Chosen One”, “El elegido” a los 16 años.
Siempre a la sombra de un soberbio Mike Trout y con el que se ha buscado paralelismos de la rivalidad que hubo entre Magic Johnson y Larry Bird, Harper ha demostrado ser tremendamente precoz desde que debutó a los 19 años pero una sucesión de lesiones marcadas por la imprudencia y también fruto de la mala suerte, hicieron que su estrella se apagara un poco mientras que Trout no dejaba de acaparar la atención de los medios.
Todo ha cambiado en 2015 puesto que Harper no ha dejado de mostrar paciencia por un lado, esperando su oportunidad para hacer daño, y explosividad para mandar lejos la pelota, circunstancia que alcanza proporciones descomunales en el último tramo de la temporada, donde está Harper y luego el resto de la liga.
En apenas un puñado de turnos de bateo, su OPS supera en casi mil puntos la excelente marca lograda en todo el año (2100 frente a 1122), siendo mortal en las series recién terminadas contra los Braves aunque todo encuentro contra Atlanta se viene saldando con victoria para el rival.
Afortunadamente para los Nationals, Harper no está solo. Ryan Zimmerman está bateando como hacía tiempo que no se le veía, ya recuperado de su fascitis plantar, y Jayson Werth ha encontrado acomodo en lo más alto del turno de bateo.
Parece que los Mets, inmersos en el circo que rodea a Matt Harvey y la gestión de sus esfuerzos, no pueden llegar en mejor momento y esto es especialmente cierto cuando en apenas unos días, los Nats han reducido su desventaja de 6.5 partidos a solo cuatro.
La visita a la capital de Estados Unidos no puede ser más decisiva y uno no puede pensar en nadie mejor que en Bryce Harper para que los Nats consigan cumplir las expectativas que veían en ellos a un equipo capaz de ganar el primer título mundial en béisbol en el D.C. desde que Calvin Coolidge fuera Presidente de Estados entre 1923 y 1929, el cosechado por los Washington Senators allá por 1924.
El momento para Bryce Harper y los Washington Nationals ha llegado.