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FÚTBOL SALA | SUPERCOPA

Ricardinho tiene un nuevo socio y Movistar, otra Supercopa

Humberto, fichaje estrella llegado este verano, fue el mejor de los madrileños en su victoria ante un Jaén, revelación del pasado curso, que nunca se rindió (6-2).

Ciudad Real
El Movistar, con la Supercopa.
El Movistar, con la Supercopa.
AStv

La temporada 2015/2016 arrancó como terminó la anterior, con el Movistar levantando un título, la Supercopa. Los de Jesús Velasco derrotaron a un Jaén (6-2) que a punto estuvo al final de dar un susto a los de Torrejón, que sin embargo los no dejaron escapar el primer trofeo de la temporada. Una Supercopa que ya han conquistado en once ocasiones.

Su superioridad la demostró desde el principio. Las grandes sensaciones que había dejado en la pretemporada (invicto) no era sólo cuestión de amistosos. Con un ritmo de juego superior, pronto puso cerco a la portería del Jaén. Salvo la rápida lesión de Lolo, todo soplaba a favor de Inter, que si no marcó antes fue por las buenas acciones del meta andaluz, Dani Cabezón.

Fue Humberto el que abrió la lata. El fichaje estrella del Movistar esta temporada ha llegado procedente del campeón de Europa Kairat con la misión de dar alternativas en el pivote, asociarse con Ricardinho y marcar goles. Pues el brasileño cumple con sus tres cometidos a la perfección. Su primer tanto oficial (y el de esta temporada 2015/2016) fue tras saque de falta de Ricardinho.

El gol no frenó el dominio de los azules. Y a los dos minutos, una jugada individual de Ricardinho acabó con un rechace que, otra vez Humberto, no desaprovechó. Su hat-trick lo completó con un disparo lejano ajustado tras un robo donde el Jaén reclamó falta. Polémicas aparte, los de Dani Rodríguez apenas habían tenido dos ocasiones claras (de Solano y Buendía) ante el constante goteo de los de Velasco.

El partido pareció acabar cuando, tras la reanudación, Ricardinho se inventó un golazo casi sin ángulo (4-0). Pero si el Jaén ha llegado hasta donde está es porque nunca para de intentarlo. En los últimos cinco minutos, con portero-jugador. Fue entonces cuando la ‘marea amarilla’, otra vez desplazada en masa con su equipo, soñó. Los tantos, primero de Buendía y luego de Dani Martín, ponían emoción. Aunque al final sólo sirvió para maquillar, ya que Rafael y, para terminar, Ricardinho, ponían la guinda al primer título del año.