Los Mets miman a Matt Harvey de cara a los playoffs
Esta es una pieza de la que tenía previsto escribir a lo largo de los últimos días pero la fiebre por el desenlace (temporal) del Deflategate y la maravillosa noticia de la entrada de Alejandro Villanueva en el roster de 53 jugadores de los Pittsburgh Steelers lo han impedido. Bueno, al lío…
Los New York Mets se encuentran en una posición envidiable. Con 134 partidos disputados, gozan de una sólida ventaja de cara a clasificarse para los playoffs por primera vez desde 2006 y, en ese momento, tendrán tantas opciones como el que más de cara a hacer con el título de las Series Mundiales que no ganan desde 1986.
Pero los Mets tienen al mismo tiempo una virtud y una maldición. Los neoyorquinos cuentan con un fantástico grupo de lanzadores dentro de su rotación de pitchers titulares que pueden ser el absoluto suplicio para los rivales a los que se podrían enfrentar, la clase de jugadores a los que no quieres ver ni en pintura.
Sin embargo, ese fantástico grupo de lanzadores es, o bien joven o bien sale de una grave lesión como la cirugía reconstructiva del codo de un pitcher, más conocida como la Cirugía Tommy John. Este es el caso del hombre que nos ocupa, ni más ni menos que “El caballero oscuro”, Matt Harvey.
Los Mets se encuentran en una complicada disyuntiva y es la de recurrir de forma intensiva a estos jugadores de presente y, sobre todo, de futuro de cara a conseguir la clasificación para la postemporada pero tanto la gerencia como la dirección deportiva están realizando una excelente labor a la hora de regular y monitorizar los esfuerzos que hacen sobre la lomita.
Hay una idea generalizada que recomienda no exprimir los brazos de los pitchers y causar unos daños que puedan ser irreparables a largo plazo incluso con los grandes avances que se han dado en la medicina. La sacrosanta cifra de los 100 lanzamientos para un pitcher titular en cada salida que realiza una vez cada cinco días no implica que, de repente, el brazo se le vaya a desprender del cuerpo sino que está encaminada a proteger la integridad de una parte de nuestra anatomía que NO ESTÁ DISEÑADA PARA REALIZAR DICHOS ESFUERZOS.
Ahora bien, nos encontramos con el caso de Matt Harvey en una esquina y la del soberbio Noah Syndergaard en la otra.
En el caso del rookie, siempre se recomienda no exceder más allá de un 20% el número de entradas de un año para otro para no comprometer la evolución de un brazo como el del joven de 22 años. Pero los Mets se encuentran con la tesitura de que, al ritmo actual, Syndergaard superará esa cifra respecto a lo acumulado en 2014 (150 frente a 133), sin llegar a incluir su posible participación en playoff.
En el caso del Caballero de Gotham, Harvey viene de acumular cero entradas por su recuperación de la cirugía realizada en octubre de 2013. Aunque con regularidad se ha hablado de una cifra orientativa de 180 entradas, hay que reconocer que los Mets han manejado bastante bien la situación y se planea saltar un turno de Harvey a lo largo de septiembre mientras que al mismo tiempo, pasan de una rotación de cinco a seis jugadores con la recuperación del maravilloso Steven Matz, otro producto más de la inagotable cantera de titulares poderosos de los de Queens.
Las alarmas han saltado cuando el agente Scott Boras, uno de los personajes menos queridos del deporte, ha clamado a los cuatro vientos que los Mets están a punto de superar esa cifra de 180 y que lo que tendrían que hacer es terminar la temporada de Harvey en cuanto llegue, sin importar si llegan a los playoffs o no.
Pero el equipo ha dejado claro que Boras no es el GM del club y no va a seguir sus recomendaciones ya que se trata de una cifra orientativa a la que acogerse, sean 165 o 180. Casi en ningún momento Harvey ha pasado por bajadas en la velocidad de su recta y aparte de la deshidratación de su último partido, los problemas han sido mínimos en su regreso.
El problema radica en que no tenemos suficientes datos para determinar que si Harvey se borra de la campaña tras una cifra u otra, no hay garantías de que no vuelva a tener problemas en su codo derecho a pesar de todas las atenciones que le han prestado los Mets. En otras palabras, quieren evitar el esperpento de Stephen Strasburg con los Nationals en 2012.
Pero… ¿Alguien duda de que los Mets no son conscientes de que esta puede ser su única oportunidad de hacer algo grande? ¿No es el momento de ir a por todas pero siempre corriendo unos riesgos razonables? La respuesta a ambas preguntas es afirmativa.
Y nadie mejor que Matt Harvey, El Caballero Oscuro, que acudirá en auxilio de Gotham en los momentos de mayor necesidad.