Kenia conquista Pekín con siete medallas de oro

Cambio de orden global en el atletismo. El título de Asbel Kiprop en la electrizante final de 1.500 (con 3:34.40) por delante de su compatriota Manangoi y del marroquí Iguider consumó a Kenia como triunfadora en el medallero de los Mundiales de Pekín. Siete oros, seis platas y tres bronces es el balance del primer país africano que domina la cita y del cuarto campeón de la historia tras Alemania del Este, Rusia y Estados Unidos, que nunca quedó fuera de los dos primeros hasta ayer (segunda, Jamaica).

Kenia ya no es sólo fondo y mediofondo. Hay más. Se vio en el pasillo de jabalina cuando un forzudo gritó: “¡Champion, champion!”. Era Julius Yego, un nandi que aprendió a lanzar con videos de Youtube y que perfeccionó la técnica en Finlandia, cuna de la modalidad. Su oro cambió la historia: nunca un africano ganó la jabalina. Caso similar es el del 400 vallas, donde Nicholas Bett, espigado chico de 1,90, batió a europeos y americanos. También visualizó la técnica en Internet. “Con Julius y conmigo, queda dominar en velocidad”, decía Bett. Tiempo al tiempo, aunque las pruebas rápidas dieron el gran disgusto a los africanos con los positivos de las cuatrocentistas Manunga y Zakari. El dopaje es el lado sombrío de Kenia, muy vigilada por la IAAF.

Figuras. Pasado ese capítulo, el otro pilar de Kenia es que tiene a pleno rendimiento a sus estrellas. Rudisha recuperó la velocidad para llevarse los 800, el estilizado Kiprop tiró de táctica en 1.500, la dama del fondo Cheruiyot se anotó los 10.000 y el mohícano Kemboi sumó su cuarto título en la fiesta nacional: los obstáculos. Hubo triplete en hombres (plata, Kipruto, y bronce, Kiprop Kipruto) y oro en mujeres con Jepkemoi. Con nuevos nombres y viejas estrellas han batido a la Jamaica de Bolt (siete oros) y a los poderosos EE UU, que dominaron diez Mundiales. Ahora gobierna Kenia.