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Carencias

Los deberes para septiembre de los equipos de la AFC Norte

A falta de 20 días para el comienzo de la liga, y con los training-camps oficialmente finalizados, empieza la cuenta atrás en la puesta a punto con mucho trabajo por hacer.

La lesión de Pouncey puede ser la puntilla para una línea ofensiva de los Steelers que no está rindiendo al nivel esperado.
Jason BridgeUSA TODAY Sports

Con la vuelta a la acción de los jugadores, renace en el aficionado la euforia sobre las aspiraciones de su franquicia favorita. Las bajas con respecto al año pasado se han resuelto con solvencia, los novatos parecen imparables, y el equipo no sólo no ha perdido nada de sincronía, sino que parece todavía más afinado. Siento defraudaros pero no es así. Y no es la amargura por el inminente fin de mis vacaciones lo que me hace interpretar este papel de “grinch del verano”, sino que la realidad, y la lógica, imponen su implacable ley. La larga inactividad y la complejidad intrínseca de este deporte hacen que cueste ajustar todas las piezas. Por tanto es normal que, a estas alturas de pretemporada, veamos desórdenes tácticos que sea necesario corregir, y que los recién llegados aún no se hayan adaptado completamente a sus nuevos sistemas de juego. Es un proceso que lleva su tiempo y no hay por qué alarmarse. En mi caso personal, por ejemplo, después de 7 años lanzándole el balón a mi perro, he conseguido que ejecute bien las rutas “go” y “post”, pero todavía se le siguen atragantando las “comeback” y las “slant”.

Para los Steleers, el del próximo sábado será ya su cuarto partido de pretemporada. Llegan con más rodaje, pero aún con detalles que pulir. No necesariamente en este orden, los más significativos serían:

- La profundidad en el interior de la línea ofensiva ha dejado bastante que desear, y la desafortunada lesión de Pouncey les obliga a ser protagonistas. No se pueden gastar bromas con la salud de Roethlisberger dadas las lesiones del QB2 Gradkowski y la irregularidad del QB3 Jones.

- Que tu mejor pass-rusher sea un tipo con 37 años (Harrison) no sé si es buena señal. Es necesario que el novato Dupree y el resto de linebackers exteriores sigan progresando.

- Los defensive-backs consienten que se completen un elevado número de pases, lo que permite a los rivales mover las cadenas con más comodidad de la deseable.

En Cleveland, tras el buen partido de Manziel vuelve el runrún sobre la titularidad en la posición de QB. En mi opinión es un debate banal, puesto que estoy convencido que McCown estará tras el center cuando empiece el campeonato, y hay otros asuntos más importantes en los que centrarse:

- Pese a la ligera mejoría experimentada en el último encuentro, el juego de carrera de los Browns sigue sin aportar la solidez necesaria para confiarle el peso de la ofensiva.

- La secundaria, mermada por las lesiones durante esta pretemporada, está concediendo excesivas facilidades para lo que suele ser su nivel habitual.

- Exceptuando a Joe Thomas, la protección al pase no está siendo demasiado eficaz. La movilidad de Manziel hace que sea el QB menos afectado por esta circunstancia.

Tras el varapalo sufrido en Philadelphia, los Ravens deben alegrarse de que estos partidos no cuenten. Los puntos débiles más destacables que mostraron fueron:

- La defensa sufrió mucho con el ataque no-huddle de los Eagles. Faltó coordinación entre líneas.

- La pretemporada está para experimentar, y el pase profundo aún no ha aprobado el examen. Cada pase que arriesgan los QBs es una invitación a la intercepción. Se está haciendo muy larga la ausencia del WR Breshad Perriman.

- El exceso de penalizaciones hay que corregirlo inmediatamente.

Los Bengals fueron los últimos en disputar el segundo partido, y tras la paliza recibida, estos serían los apartados del juego donde deben incidir en lo que queda de pretemporada:

- El front-seven es incapaz de frenar el juego terrestre rival por fallos de placaje. Una falta de fundamentos intolerable en un equipo profesional, ya que éste debe ser el pilar de la defensa.

- La línea ofensiva no se muestra dominante y el pocket sufre una continua presión. No es lo más recomendable cuando tienes un QB titular a quien le cuesta mucho manejar estas situaciones, que suelen derivar en costosas intercepciones.

- Los retornos no consiguen buenas posiciones de campo, lo cual tampoco ayuda a la ofensiva.