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JUEVES RETRO DE NFL

Historias de mudanzas, corazones rotos y traumas

Varias ciudades han sufrido la pérdida de equipos de NFL, pero las experiencias en Baltimore y Cleveland dejaron heridas profundas en sus aficionados.

La marcha de los Browns causó un enorme pesar entre los aficionados de Cleveland.

Si la historia sirve de guía, y la mayoría de las veces así sucede, la NFL está cerca de experimentar un fenómeno que no dejará contentos a miles de aficionados.

Han pasado 18 años desde la última ocasión que una franquicia decidió cambiar de aires y dejar corazones rotos en la ciudad que dejó atrás para disfrutar las comodidades de un nuevo hogar.

Desde que Bud Adams decidió mudar a los Petroleros de Houston y llevarlos a Tennessee y convertirlos en los actuales Titanes, la NFL ha disfrutado de una estabilidad que la misma Liga amenaza con quebrar con su interés de tener un equipo, o hasta dos, en la ciudad de Los Ángeles.

Desde 1960, cuando se fundó la antigua AFL, que 10 años más tarde se fusionó a la NFL, se han registrado nueve mudanzas y en la mayoría, la razón del cambio de ciudad ha sido la que tiene actualmente a la afición de tres ciudades en vilo: la falta de acuerdo para la construcción de un nuevo estadio.

En 1961 y 1963, Cargadores y Jefes tuvieron que salir de Los Àngeles y Dallas tras no poder competir con los Carneros y Vaqueros por el gusto de la afición. En esos casos, el estadio no fue el problema.

Pese a que Los Ángeles se erige como el segundo mercado urbano más grande en Estados Unidos detrás de Nueva York, los episodios más traumáticos referentes a la mudanza de equipos lo han protagonizado las ciudades de Baltimore, en 1984, y de Cleveland, en 1996.

En ambos casos, la política e intereses económicos llevaron a discursos engañosos que ilusionaron a los aficionados de que sus equipos se mantendrían en esas ciudades y y al final, literalmente, rompieron sus corazones.

Las ciudades de Baltimore y Cleveland, en su momento cada una, se negaron a patrocinar renovaciones a los estadios en los que los Potros y Cafés jugaban con dinero de los contribuyentes y los dueños en ese entonces de estas franquicias, Robert Irsay y Art Modell, respectivamente, aseguraron que sus clubes no se moverían.

Sin embargo, al mismo tiempo negociaban con otras ciudades una posible mudanza.

Así, Irsay, ante la amenaza de la ciudad de Baltimore de embargar los activos del equipo e impedir así su partida, cerraron un trato con la ciudad de Indianápolis para jugar en el entonces nuevo Hoosier Dome, a partir de 1984.

De este asunto salió una de las imágenes más infames en la historia de la NFL, cuando Irsay contrató a una compañía de mudanzas con base en Indianápolis llamada Mayflower, que envío varios camiones a Baltimore para, bajo el cobijo de la noche, se llevaran todo el material administrativo y deportivo de las instalaciones de los Potros en Baltimore a su nuevo hogar.

La decisión también le permitió a Irsay llevarse a su equipo sin la presencia de aficionados que le reclamaran por dejar atrás 31 años de relación con su club.

Doce años más tarde, otra franquicia con arraigo en su ciudad y una de las tradiciones màs reconocidas en el deported de EU, también dejó corazones rotos tras no cumplirse su deseo, o exigencia, de jugar en un estadio renovado o nuevo.

Modell, quien había solicitado durante varios años financiamiento público para remodelar la que había sido la única casa de los Cafés desde su fundación en 1946, el ahora extinto Municipal Stadium, se sintió fortalecido por la mudanza de los Potros a Indianápolis.

Modell y la ciudad no pudieron llegar a un acuerdo y para cuando la gente de Cleveland aprobó dar 175 millones de dólares para el proyecto de remodelación del estadio ya fue demasiado tarde. Un día antes, Modell había firmado el acuerdo para llevar su franquicia a Baltimore.

La afición de Cleveland y las autoridades locales llevaron su lucha al terreno legal y tras varias discusiones, lograron retener los derechos comerciales de la franquicia (nombre, historia e imagen) con la promesa de la NFL de reanudar operaciones en 1999 y por su lado, la NFL le dio a NFL una franquicia de expansión, los Cuervos de Baltimore.

Por cierto, para cuando los Cafés volvieron a la acción, el Municipal Stadium ya era historia y en el mimso lugar se había edificado un inmueble nuevo, el First Energy Stadium.

En esa disyuntiva están actualmente los Cargadores de San Diego, Raiders de Oakland y Carneros de San Luis. Las tres franquicias desean un estadio nuevo que les deje mayores ganancias, pero las negociaciones con sus respectivas ciudades no son alentadoras para sus aficionados.

Mientras, Los Ángeles ya está lista para cumplirle el deseo a alguno de estos clubes o hasta a dos, siendo los Carneros los que más perfilados están para volver a la ciudad californiana por los intereses que la ligan al dueño del equipo.

Y si la historia nos sirve de guía, pronto veremos a la caprichosa afición angelina festejando la adquisición de un juguete nuevo y a la de San Luis, Oakland o San Diego lamentando que su “novia” se haya ido con un tipo adinerado.

DAR LA ESPALDA AL PASADO

- Estos son los equipos que han cambiado de ciudad desde 1960, cuando se fundó la ahora extinta AFL.

Año       Equipo          De               A

1961 Cargadores Los Ángeles San Diego

*1963      Jefes          Dallas     Kansas City

1982    Raiders       Oakland    Los Ángeles

1984      Potros      Baltimore   Indianápolis

**1988 Cardenales San Luis       Arizona

1995    Raiders    Los Ángeles   Oakland

1995 Carneros    Los Ángeles   San Luis

***1996 Cafés       Cleveland      Baltimore

****1997 Petroleros  Houston    Tennessee

Notas

* Franquicia fue fundada en 1960 con el nombre de Texanos.

** Al mudarse usaron el nombre de la ciudad de Phoenix; cambiaron al de Arizona en 1994.

*** La franquicia se convirtió en Cuervos en 1996.

**** Cambiaron el nombre a Titanes en 1999.